Ernesto Jiménez Ludeña
La gratitud es una de las virtudes más nobles del ser humano y, por lo tanto, digna de cultivarse y estimularse en todo momento y ocasión, pero hoy más que nunca cuando la sociedad vive una etapa de crisis que va arrebatando los valores más sensibles, atrapados por el egoísmo y la mezquindad de aquellos que se sienten opacados por quienes con mente lúcida y coraje de guerreros se lanzan por los caminos del mundo para conquistar laureles de triunfo y luego retomar a su Patria para cantarle sus arpegios y arrullarla con su canto a la tierra que los vio nacer.
Estamos hablando del connotado artista y compositor Eduardo Ruiz Luna, a quien Loja le acaba de rendir un justo y merecido homenaje por su invalorable aporte artístico y cultural a esta su tierra natal, enriqueciendo aún más el bien ganado prestigio que trasciende más allá de las fronteras de la Patria de ser cuna de artistas y compositores musicales.
Es que a Eduardo Ruiz bien puede catalogárselo como un personaje singular; después de deleitar con sus canciones a lo más granado de varios pueblos europeos retornó a Loja con un cúmulo de experiencias y anhelos de trabajar e impulsar el desarrollo cultural de este girón de la Patria, es así como emprende en la organización e instalación de un nuevo medio de comunicación bajo la denominación de Radio Loja que, además de promover el arte musical con lo más selecto de la producción artística, pronto se convirtió en uno de los canales más robustos del pensamiento y el desarrollo cultural de Loja y del país, es decir una valiosa antena del pensamiento y las inquietudes ciudadanas.
Vale resaltar que tan valioso aporte al arte, a la cultura y al desarrollo social no han alterado en ninguna instancia esa gran virtud de modestia y amigo invariable, y de ciudadano caballeroso, siempre dispuesto a servir incluso con sentido humanista cuando las personas de extremada pobreza recurren a la radio para informar sobre el fallecimiento de sus deudos; en ese nobilísimo rol de servicio a Loja y a la sociedad este gran personaje e insigne de la canción, ha entregado sus mejores energías como lo hacen los grandes de la historia que todo lo dan por el bien común sin reservarse nada para sí.
Felicitamos a los organizadores del homenaje a Eduardo Ruiz como acto justiciero y oportuno, hoy cuando su corazón aún asimila los saludables efectos de la gratitud, hacer realidad aquello de en vida hermano, en vida.