La corrupción en la sociedad

Paúl Maldonado

Esta proviene de la corrupción internacional y multimillonaria que se produce en los procesos de licitación y construcción de grandes obras de infraestructura como hidroeléctricas, petroleras, telecomunicaciones, entre otras en los que intervienen funcionarios ubicados en distintas jurisdicciones internacionales que incluyen como costo de inversión los rubros correspondientes a soborno de funcionarios nacionales.

La corrupción no permite crecer a las sociedades, en la medida en que uno de sus efectos devastadores es el crecimiento exagerado de la pobreza y la marginación social de extensos sectores de nuestra población, mientras unos hacen excelentes negocios desde el Estado, logrando altísimas concentraciones de riqueza, una mayoría de la población debe repartirse la miseria sobrante y creciente. En el Ecuador la corrupción afecta al 85% de la población, esto es porque aplica políticas económicas y mercantiles que tienden a generar endeudamiento, pobreza, dominación y sometimiento, a la par que tolera a gobernantes altamente corruptos. La corrupción, como fenómeno social, depende de cuestiones históricas, culturales, sociológicas y psicológicas, que socavan los pilares de la legitimidad democrática, distorsionan gravemente el sistema económico, financiero y generan un creciente estado de desconfianza de nuestra sociedad. En situaciones de crisis, cuando se recortan ayudas públicas y la desigualdad crece, la sociedad protesta por el uso inmoral de los recursos de los que ocupan el poder político o económico en forma de clase privilegiada. Surge una relación nefasta que se origina entre el poder y el dinero, porque algunos crean que entre más dinero más poder tienen. Con todos estos antecedentes, la ciudadanía acaba teniendo muchas dudas de sus representantes y luego de las instituciones, porque para que exista esta corrupción, debe haber al menos dos personas. Es decir, para que haya un corrupto tiene que haber alguien que lo corrompa. La corrupción ahoga la economía pues distorsiona y afecta a los proyectos que se adoptan para el desarrollo del país, ya que el gobierno aumenta la inversión que no se manifiesta en una mayor producción e infraestructura porque se presentan sobreprecios y desvío de recursos ya que se termina adquiriendo bienes más costosos y de menor calidad. “¿Cómo queda la conciencia de los corruptos y familia que roban millones del pueblo o de los empresarios que hinchan las facturas de los proyectos en millones de dólares y pagan sobornos millonarios a funcionarios o ministros de Estado?, estos gastos asume toda la población, porque el gobierno no produce el dinero sino la población que en el país habitamos, trabajamos y pagamos nuestros impuestos. Muchos de esos corruptos solo son denunciados y ahí queda. Y por eso siempre se nos ríen. Es necesario el diseño integral de instituciones encargadas del combate a la corrupción y que puedan ejecutar acciones y políticas públicas coherentes, efectivas y coordinadas para combatir cada una de estas prácticas negativas. Es por esto que no pierdo la esperanza de poderme encontrar en el camino políticos jóvenes como Jorge Zárate, con ambiciones, pero no ambiciones de poder sino ambiciones de ver a nuestro pueblo prosperar y desarrollarse, de trabajar al servicio de la gente, de la comunidad y sobre todo creando leyes que beneficien al pueblo. Como decía mi linda Madre: “tienes que ser más para servir más y mejor.