El arte de la aguja y el hilo se mantiene en el cantón Espíndola

Bordados artesanales en Espíndola.

Hace falta un recorrido de 5 horas desde la ciudad de Loja hasta el cantón de Espíndola, para llegar a la residencia de Hilda Rojas, quien habita en la parroquia El Airo específicamente en el barrio el Tambo. Hilda una mujer de 55 años de edad se dedica a la actividad artesanal del bordado a mano.

El bordado artesanal es una tradición que la realizaban las mujeres espíndolences. Comenzó aproximadamente hace tres décadas, sin embargo, esta actividad ha ido decayendo, pues la falta de práctica y el poco interés en aprender de las nuevas generaciones ha hecho que sean limitadas las mujeres que la mantienen.

Una de ellas es Hilda quien elabora bordados a mano por más de 13 años, aprendió de forma autodidacta. La práctica constante le ha permitido perfeccionar su técnica y lograr elaborar hermosas obras. El conocimiento que posee lo ha transmitido a los demás miembros de su familia, un ejemplo de ello es su hija de 14 años quien a su corta edad, también desarrolló la habilidad del bordado.

La agricultura y ganadería siempre han sido la fuente de ingreso en su familia, sin embargo, la habilidad que tienen sus manos le ha ayudado a que el bordado además de representar un pasatiempo para romper la rutina, se convirtió en una opción para generar recursos económicos, pues los bordados son un atractivo para propios y extraños. Por lo que en ocasiones reiteradas han logrado comercializarse.

Bordado en tela de algodón

Como cualquier ama de casa su labor inicia cuando escucha cantar a los gallos, es decir, a las 5 de la mañana. Hilda se levanta, alimenta a sus animales y prepara el desayuno para su familia. Procede a realizar sus actividades habituales, entre ellas ordeñar vacas. Dedica un tiempo determinado para bordar, en algunas ocasiones emplea de 4 a 6 horas, lo realiza de forma opcional, dependiendo de la urgencia del bordado. Algunos diseños le toman tres días o más.

Los hilos son seleccionados de acuerdo a los dibujos. El proceso para realizar un bordado inicia con la preparación de la tela, luego se procede a realizar los primeros trazos hasta conseguir dibujar la figura seleccionada y finalmente se procede a bordar. Los materiales que se emplean es un pedazo de tela de algodón, una aguja, hilos y un tambor.

Para llevar a cabo sus creaciones de bordado se necesitan productos de calidad y a bajo costo, es por ello, que esta mujer, pese a sus 55 años, viaja tranquilamente a Cariamanga y compra en los locales donde le ofrecen descuentos.

El precio de cada bordado, por lo general es de USD 15 dólares, pero cambia según el tamaño y el producto, pues Hilda también realiza sábanas, manteles y forros para cojines y almohadas. Sin duda alguna, el valor de estas obras artesanales es justo por el esfuerzo, dedicación y amor que emplea para elaborarlas.

Cada año, en las fiestas parroquiales se realiza una semana de casa abierta y los bordados artesanales no son la excepción en las exposiciones, lo que representa otra oportunidad para su venta. Pero por las circunstancias actuales de la pandemia, estas actividades quedan suspendidas, lo que dificulta la venta de estas obras artesanales. (F).(JAG)

Hilda Rojas elabora fundas de almohada bordadas.