Miguel Andrade
Al concluir la etapa de selección de candidatos para las elecciones del 7 de febrero del 2021, sus resultados han sido motivo de sarcasmo para unos y chiste para otros. Estas actitudes son producto de la comparación entre Estados Unidos y Ecuador, el primer país con 380 millones de habitantes tiene dos candidatos, mientras que el segundo país, apenas tiene 17 millones, pero cuenta con 18 aspirantes, lo que permite a la gente expresarse humorísticamente en el sentido de que, “tenemos candidatos para escoger”.
Sucede que en nuestro Ecuador, las clases sociales dominantes (burguesía industrial, bancaria, agraria, comercial, importadora, exportadora) por la ambición de tomar el poder político no se unen sino que se dispersan, mientras que en Estado Unidos los grupos económicos se unen en dos bandos imperialistas: demócratas y republicanos.
No podemos ocultar el rechazo de los trabajadores y el pueblo a las organizaciones políticas de derecha en nuestro país, ahora es una característica acentuada por encontrarse involucradas en abultadas prácticas corruptas en los últimos cuarenta años. Esta es la causa principal por la que desistieron de sus candidaturas: Sonnenholzner, Nebot y Noboa.
Veamos las peculiaridades de algunos candidatos: la derecha tradicional enemiga del cambio social y defensora del imperialismo, se subdivide en dos corrientes: los socialcristianos, ahora en alianza con CREO, cuyo rol en la desprestigiada Asamblea Nacional (con un 3% de credibilidad), es pésimo; en cuanto a Lasso, un banquero que ya ha perdido dos veces.
El gobierno es otra fuerza sumamente gastada por la negligencia y la corrupción incesante, que incluye el reparto de los hospitales y los carnés para discapacitados.
El correísmo se escuda en un tecnócrata (Arauz) para renovar su imagen, su principal figura conoce de la imposibilidad de la candidatura pero su presencia constituye una provocación para presentarse oportunamente como víctima.
Yaku Pérez, es un candidato con expectativas. No está involucrado en negociados, posee gran trayectoria como luchador popular, goza del apoyo de organizaciones sociales y populares y con posibilidades de crecimiento.(I).