Los próceres de la Independencia de Loja (1)

El proceso de Independencia de América Latina tiene varias versiones: 1) fue consecuencia de la “crisis de la monarquía española”, provocada por la invasión de Napoleón a España y Portugal, en 1808, y la derogatoria de la Constitución de Cádiz de 1812, por el gobierno despótico de Fernando VII; 2) formó parte de las revoluciones burguesas con las que el capitalismo afirmaba su vigencia en el mundo (la lucha por la hegemonía comercial y la búsqueda de nuevos mercados, y contra los monopolios peninsulares impulsó el apoyo de Inglaterra a los patriotas latinoamericanos); 3) fue un movimiento criollo por la autonomía de su clase y, por tanto, sin contenido nacional ni popular… Sin embargo, cabe reconocer que los criollos tenían distintas posiciones: mientras unos buscaron la autonomía local, otros vislumbraron radicales transformaciones sociales, aún más avanzadas que la mera independencia alcanzada.

Por eso, el ideal emancipatorio también movilizó a sectores medios, populares, indígenas y esclavos (afrodescendientes). Desgraciadamente los grupos auténticamente patriotas y revolucionarios fueron desplazados por élites retrógradas, que sólo aspiraban unir a su poder económico el control político de los nuevos Estados. Todo lo cual, durante el siglo XIX, permitió la consolidación del sistema oligárquico. Aunque, de otro lado, esta gesta latinoamericana “inauguró las luchas anticoloniales en el mundo, en los albores mismos del capitalismo”.

En el caso de la independencia de Loja, el movimiento que la impulsó, parece que estuvo liderado en sus inicios por patriotas criollos y mestizos, imbuidos de nobles propósitos; movimiento que, a la vuelta de apenas un año y 88 días, con la firma de la independencia del 17 de febrero de 1822, se entremezcló con personajes oportunistas de la nobleza criolla local. En una jugada maestra de “cambio de camisetas” que consolidó el actual poder económico del país (en sus inicios agroexportador-terrateniente).

¿Quienes fueron esos patriotas lojanos, los del 18 de noviembre de 1820, impulsados por nobles ideales? Pío Jaramillo Alvarado señala cinco: Ramón Pinto, José María Peña, Nicolás García, José Picoita y Manuel Zambrano, y con ese importante criterio han pasado a la historia y los recordamos. Sin embargo, de lo que hasta hoy conocemos, a mi parecer a esa lista falta por lo menos agregar tres nombres: Juan Agustín Borrero y Vaca, José Espíritu Santo Correa y Segundo Cueva.
En lo que sigue y en dos entregas complementarias, trataré de presentar, a grandes rasgos, lo que se conoce sobres esos ilustres personajes.

Juan Agustín Borrero y Vaca: considerado como el “autor intelectual” del movimiento independentista lojano. Natural de la ciudad de Popayán, casado con doña María Antonia de Riofrío y Valdivieso, con la cual tuvo cuatro hijos: Segundo, Manuel, Francisca y Tomás; Segundo Borrero, casado con Mercedes Palacios, quién testó en 1865, declaró que tuvo once hijos, de los cuales ocho vivían: Modesto, David, Raimundo, Carmen, Aurora, Zoila, Eliseo y Filomena. Tomás Borrero tuvo cuatro hijos: Mercedes, Matías, Pio Antonio y Manuel Vicente. Descendencia de la cual deriva probablemente la familia Borrero que actualmente radica en Loja. Juan Agustín Borrero, un criollo enrolado a la aristocracia lojana de ese entonces, fue Procurador del Municipio de Loja y, cuando el arribo de Bolívar a la ciudad, lo recibió en su casa.