Dos propuesta y un solo destino

El ruido de la primera vuelta electoral queda ya en el pasado. Ganadores y perdedores, están en pausa, analizando los resultados y sus posibilidades. El ecuatoriano de a pie que, obligatoriamente, debe volver a las urnas el 11 de abril y con su voto elegir al nuevo presidente y vicepresidente, debe utilizar a su favor la única arma de defensa su voto, el mismo que debe ser consciente, libre y responsable, producto de la reflexión crítica, coherente y de profundo análisis y conocimiento a las propuestas de los finalistas.

En esta primera vuelta, los primeros ganadores y electos ya son 137 asambleístas, entre nacionales y provinciales, más cinco parlamentarios andinos. Se prevé que ninguno tendrá la mayoría absoluta y la fragmentación de la representación estará en cinco fuerzas mayoritarias, que representan a los partidos y movimiento con mayor votación a sus presidenciables. En sus manos estará el destino de la legislación pertinente para seguir mejorando y creciendo en lo económico, social y ambiental. También serán los responsables directos de fiscalizar los actos de corrupción de los poderes públicos de turno y que tienen sumido en el subdesarrollo a nuestra patria. Miles de millones robados que dejan en la pobreza extrema, pobreza, si vivienda y sin trabajo a millones de ecuatorianos y ecuatorianas.

Los asambleístas de Loja representan a cuatro partidos y movimientos. A ellos la felicitación y hora buena por su triunfo. Ya en sus curules abandonar su bandera política, no sus principios, ideología, valores y convicciones, sino que con ellos y revestido de la bandera de la provincia y de las aspiraciones justas de nuestra provincia emprender proyectos mancomunados para el desarrollo integral de sus pobladores urbanos y rurales. Establecer encuentros con el dignatario de la nación y autoridades locales para elaborar una agenda mínima de trabajo prioritario en favor de la calidad y dignidad de la vida y la naturaleza.

En esta segunda vuelta electoral tendremos dos finalistas y dos propuestas de trabajo. Los presidenciables no solo deben decirnos qué van a hacer, sino lo mejor que deben decirnos cómo lo van hacer y en que tiempo lo realizarán. Ya no estamos para solo para oír propuestas, estamos como mandantes con capacidad para exigir resultados en el orden económico, en justicia, en al ámbito social, en el cuidado y conservación de la naturaleza, en desterrar la corrupción, sancionar a los que han robado y devolver esos recursos; tenemos todos derecho al trabajo y salario digno, a una vivienda, a la tierra para producir, a salud y educación de calidad como derechos ineludibles del estado.

Los dos finalistas y sus movimientos deben tener un único destino, Ecuador y sus 17 millones de habitantes. Tener un proyecto de país incluyente, equitativo, de reconocimiento al otro, al diferente. Que valore la cultura de cada uno de los pueblos y nacionalidades. Velar y proyectar un país seguro, digno y en sus principios y valores corporativos e individuales buscar la paz, que no es ausencia de violencia, sino fruto de la paz.