Reformas a la LOEI, oportunidad para el ordenamiento del sistema educativo

Paulo Freire en la obra Pedagogía del Oprimido, critica el sistema tradicional de la educación, advirtió que su lectura provocará reacciones “sectarias e intolerantes” en algunos lectores, por lo que es preciso evitar ese sectarismo ya que “es un obstáculo para la emancipación de los hombres”, en definitiva, para la emancipación de los pueblos.

Freire resume la concepción problematizadora y la superación de las contradicciones en torno a la educación expresando que: nadie educa a nadie –nadie se educa a sí mismo–, los hombres se educan entre sí con la mediación del mundo”. Es decir, se esforzó en la búsqueda de las raíces de los problemas que la humanidad enfrentaba hace medio siglo debido a la deshumanización de la clase política gobernante convertida en opresores de los sectores populares.

He citado a Freire, por la vigencia de sus escritos, en estos momentos en que la Asamblea Nacional, con la negativa de los legisladores de la bancada correísta aprobó el proyecto de reformas a la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI) que, demanda los derechos de estudiantes y docentes, entre otros aspectos, plantea la eliminación del examen de ingreso a la universidad “Ser bachiller” y el Bachillerato General Unificado que sería remplazado por los bachilleratos en Ciencias, Técnico, Productivo y el bachillerato en Artes, Cultura y Patrimonio.

Se implementan medidas para evitar hechos de acoso y de violencia escolar y sexual en las escuelas. Se incorpora la educación semipresencial, con el continuo acompañamiento docente para el apoyo del trabajo estudiantil autónomo y creativo. Se determina internet gratuito para las clases telemáticas. Se consolida la interculturalidad y los saberes de pueblos, comunidades y nacionalidades, al igual que la etnoeducación. Se afianzan los derechos laborales de los maestros con la reivindicación del escalafón docente del sector público con 10 categorías, iniciando con una remuneración base de USD 1.000 mensuales. Incluye también, que los docentes, una vez culminada su formación académica hagan dos de trabajo docente rural.

La difícil situación por la que atraviesa la educación ecuatoriana, no se debe solamente a la pandemia del COVID-19, es consecuencia del ordenamiento caduco del sistema educativo, de la ausencia de políticas de Estado, lo que ha perennizado el sometimiento del gobierno a los organismos financieros internacionales. Ahora está en manos del ejecutivo pronunciarse a favor o en contra del proyecto aprobado por la Asamblea Nacional. Para evitar se siga con la vieja táctica de “vetar para vencer”, la UNE junto al magisterio exige del presidente Lenin Moreno la aprobación total de las reformas a fin de garantizar a la niñez y adolescencia una verdadera educación de calidad, calidez e incluyente.

Finalmente, el ministerio de educación insiste en la necesidad de reabrir a las escuelas, los maestros no se oponen a ello. El tema no debe ser si se abre o no la escuela, el tema debe centrarse en garantizar las medidas biosanitarias de las instalaciones para el regreso de los estudiantes.