25 años de fe y unidad

“La fe mueve montañas”, parece ser la frase que animó a hombres y mujeres de la parroquia y cantón Saraguro a llevar la portentosa imagen del Divino Niño Jesús y entronizarla en el templo franciscano en donde este 20 de julio celebran los 25 años de devoción, gracias y bendiciones que la sagrada imagen ha derramado en el cantón y sus familias.

La historia relatada por sus devotos nos dice que al estar muy delicado de salud don Ángel Figueroa, sus familiares clamaban a Dios por la salud de su padre, entonces uno de sus mejores amigos, don Luis Guamán, al visitarlo lleva consigo una diminuta imagen del Divino Niño y solicita a su familia que recen la novena y lean los relatos milagrosos, la familia del enfermo y vecinos empiezan a enamorarse con tal devoción que deciden propagar su fe. Era el año de 1996.

Doña Julia Figueroa, hija del doliente, empieza a pedir ayudas económicas para poder comprar una imagen, la respuesta no se hizo esperar y corazones llenos de fe y bondad como los de Dolores Guzmán, César Silva, Genoveva Jaramillo, Hortensia Valarezo, Isabel Ordóñez, Mariana Ríos, Consuelo Pachar, Melva Silva, Graciela Silva, Enith Jaramillo, Washington Sánchez, Mercedes Figueroa, Melva Jaramillo, Julio Caminos, Graciela Figueroa y un 18 de julio, en la ciudad de Loja adquieren la venerada imagen, luego el 20 de julio, solicitan al padre Guardián de los Franciscanos, Fray Mario Aguilar Galarza, un espacio para colocar al Divino Niño. Párroco y devotos, siguiendo con la tradición, iniciaron la noche del 20 de julio a celebrar los días miércoles la eucaristía y a propagar su devoción.

Posteriormente los devotos integran el comité con las siguientes personas: presidente, Mélfor Pachar; vicepresidenta, Graciela Silva; tesorera, Julia Figueroa; secretario, Washington Sánchez; y, coordinador general, Fr. Mario Aguilar. Organizaron por primera vez el rezo de la novena en 1997 y la prédica estuvo, durante los nueve días, bajo la guía de Fray Héctor Fabio Rojas.

La fe y unidad de sus devotos se ha consolidado en estos 25 años y la ha convertido en una de las devociones religiosas populares más importantes del pueblo saragurense. Al celebrar las Bodas de Plata, durante 25 días los fieles han sido testigos de los prodigios recibidos y acuden a su templo agradecidos porque les concede salud, vida, trabajo y bienestar en sus familias. El fervor religioso se replica en decenas de familias que adornan pequeños altares en sus hogares y sitios de trabajo.

Divino Niño Jesús derrama tus bendiciones, muéstranos tu amor cada día y síguenos cuidando la familia.