Conocer para valorar y defender (II parte)

Benjamín Pinza

Toda la provincia de Loja es rica en muchos campos y la variedad de climas favorece el cultivo de diversos productos agrícolas y pecuarios. Su economía, tradicionalmente, ha girado en torno a las artes manuales en donde la elaboración de alforjas, hamacas, ruanas, cobijas, sombreros, mantas finas, la buena cerámica y más, han sido productos surgidos de las manos hábiles de nuestros artesanos. Ha sido la falta de vías de comunicación la que no ha permitido el desarrollo sustentable de las industrias manufactureras y mecánicas como la azucarera, harinera, tabacalera, textil, de licores, etc., y, Loja tuvo que verse obligada a generar un intercambio comercial con el Perú. Además, Loja se ha caracterizado por tener una fauna prodigiosa que, desde siempre, concitó la atención de muchos sabios naturalistas; pero siendo tan rica, contrariamente ha sido proletarizada y olvidada del poder central.

Hemos sido víctimas de una práctica política de indiferencia y abandono y, por ello, surgieron tres movimientos reivindicatorios anti centralistas: el Movimiento Federalista de 1859; el de 1931 y el de 1970. La representación política de Loja ha sido tan débil que claudican ante el poder tentador del centralismo y los intereses corporativos. Los ricos industriales tienen más poder que las representaciones provinciales. Siempre ha habido silencio y veneración (con las excepciones del caso) de las autoridades lojanas y de la representación provincial ante el cruel centralismo que maneja el presupuesto del Estado y la democracia a su antojo. Son gobiernos sin moral, sin amor de Patria y es esta clase de gobiernos los que tienen a las provincias periféricas relegadas a su suerte.

Los gobernantes que no tienen opinión mayoritaria, son muy hábiles para armar componendas, otorgar concesiones, generar compadrazgos, ascensos militares, abandonar la obra pública, realizar oscuros y… todo, al amparo de una prensa apátrida. Hay que entender que el “centralismo es un modelo despótico y el despotismo mata la libertad, la equidad y la justicia y, una sociedad sin libertad y justicia es una vida sin decoro y humanidad”. Loja necesita alzar su voz para reclamar lo que por derecho le corresponde. En los cuatro años del gobierno de Moreno no se hizo una sola obra para esta provincia y nos quedamos bajo un escalofriante silencio y conformismo. La vía de cuatro carriles con túnel Loja-Catamayo y la necesidad de una buena conexión aérea, fue una burla y se quedó en el limbo. Ni hablar del impulso al sector agrícola y pecuario.

Si los lojanos no tenemos el coraje de exigir al gobernante de turno nuestras justas aspiraciones, nos quedaremos cuatro años más viendo al aire. Las peregrinas declaraciones de la Ministra de Agricultura en contra de nuestro sector arrocero, debieron tener una respuesta contundente del pueblo lojano, pero nos acogimos a otro sacrosanto silencio, mientras los rapaces mercaderes siguen hondos y orondos manejando a su antojo a la plebe. Han habido valiosos lojanos que han estado en el Poder, pero han caído absorbidos por la fuerza oligárquica; carentes de civismo han naufragando en los abismos de la inmoralidad, agarrados a las tiranías o sirviendo de alfombra a los despotismos nacionales.