En nuestra ciudad, provincia y el país, algunos establecimientos educativos, de la sierra y el oriente, de escuelas y colegios, inauguraron el año electivo, periodo 2021-2022, con presencia de estudiantes que volvieron a las aulas luego de 17 meses de recibir sus clase vía online, mercede a la pandemia del Covid 19. Observando todas las normas de bio-seguridad, para los maestros y estudiantes.
Alegrías y sonrisas se observo especialmente en las niñas y niños por igual en los jóvenes al retornar a sus centros de estudios. Con el permiso y bondad de ustedes séanos permitido saludar a la gallarda y noble juventud lojana que inicia un año lectivo en beneficio de su formación y de la patria, acción noble que engrandece a todos los pueblos; y, para saludar a la airosa juventud lo hacemos con los versos de Violeta Parra: “Que vivan los estudiantes jardín de nuestra alegría, son aves que no se asustan, de animal ni policía, y no le asustan las balas, ni el ladrar de la jauría, caramba, zamba la cosa, que viva la astronomía, me gustan los estudiantes que rugen como los vientos, pajarillos libertarios igual que los elementos…”; y, junto a ello algunas reflexiones en el proceso enseñanza aprendizaje.
El niño actual ya no es el niño de hace treinta años. El ambiente de curiosidad, propaganda, publicidad de radio y televisión, de relajamiento y afán de divertirse ha penetrado aún en los hogares más conservadores y tenemos un niño y joven completamente nuevo que más que el anterior necesita sutil sabiduría para disciplinarlo, orientarlo y salvarlo. Es decir educarlo. Respetuosamente consideramos que educar es procurar que se ponga en acto el “yo” profundo de cada cual, maestro-alumno. Esto y no otra cosa es educar, entonces colegimos que la enseñanza clásica o utilitaria es sólo una parte de la educación. La educación verdadera despierta el “yo” profundo. Le ordena salir de su tumba; le extrae para conducirlo hacia lo más alto, porque todos somos capaces, si absolutamente todos.
Entonces la segunda enseñanza debe cumplir con su misión de formar hombres, poner cimientos para que el hombre se forme. Terminada la carrera, antes de la especialización en derecho, o en medicina, en artes, comunicación social, se hace prioritario que el nuevo profesional sepa que es un hombre, heredero de generaciones que lucharon, sufrieron antes que él; y su deber moral es continuar con la tradición con la obligación de bregar; y, forjar el presente para que el porvenir tenga raíces generosas.
Creemos que la educación, debe y tiene que ser humanista, es decir poner al niño al joven en contacto con lo humano. Enseñanza humanista no es precisamente solo la enseñanza del francés, alemán e ingles. Significa cultivo de las ideas madres de las principales ciencias a fin de que más tarde el médico no sea totalmente extraño al poeta, ni el jurista al matemático. Una orientación general, resumida, clara en las disciplinas fundamentales es necesaria, si se quiere una sociedad solidaria e ilustrada, de la enseñanza secundaria deben salir los verdaderos conductores democráticos. Recordamos que en la vida de los pueblos hay actividades importantes, interesantes, indispensables, placenteras, pero ninguna tiene tanta incidencia en su presente, su futuro y su historia, como la educación. La educación es el mejor de los caminos para lograr que los pueblos cumplan la anhelada cita con el progreso y el desarrollo, la misma que a tantos le ha resultado esquiva y en algunos casos imposibles de alcanzar. Así sea