El 05 de octubre se celebra el día mundial de los docentes y hay que resaltar, hoy más que nunca, el gran papel que cumplen estos profesionales en el fortalecimiento y recuperación de la educación para el desarrollo de los pueblos golpeados por el COVID-19. La UNESCO, la UNICEF, la OIT y la Coalición Mundial por la Educación preocupados por la difícil situación que enfrentan los docentes en esta pandemia, se aprestan a organizar eventos mundiales y regionales para examinar las políticas educativas y brindar el apoyo que los docentes necesitan para la recuperación exitosa y la reimaginación de la educación en el mundo post-pandémico.

Ante el reinicio de clases semipresenciales se impone la necesidad de velar por la salud de los docentes, de los niños y jóvenes que retoman las jornadas educativas llevando en sus adentros crisis psicológica, emocional, existencial y económica. En nuestro país, de no haber sido por esa iniciativa que surgió en el 2008 de capacitar a los docentes en el uso de la computación y el uso del internet, la educación hubiera tenido un fracaso rotundo. Siendo como es la educación un fenómeno complejo y al no haber estado preparado el magisterio para la enseñanza en línea, los vacíos en educación son enormes. Los docentes tuvieron que hacer miles de malabares y los estudiantes de hogares pobres no contaban en absoluto ni con un mini celular para poder recibir las clases. Han sido los padres de familia y, en especial las madres de familia las que han tenido la durísima tarea de ingeniarse las formas cómo ayudar en las tareas escolares a sus hijos; todo esto, llevando en sus adentros miedos, temores, angustias y pesadillas ante el inminente contagio de esta infernal enfermedad.

Mientras hubo países y gobernantes que se preocuparon por la educación, conscientes de que sin educación y sin salud, un pueblo jamás podrá prosperar; en cambio, en nuestro país, el gobierno del señor Moreno prefirió indolentemente- en el momento más doloroso de la pandemia- destinar los recursos del Estado a pagar a los tenedores de la deuda, a despedir a los maestros contratados y a generar situaciones de incertidumbre en los profesores ante la amenaza de despidos masivos; sin tener la sensatez de que la recuperación de la educación depende de una mayor inversión en este sector para contratar más profesores, garantizar su seguridad, procurar su capacitación, desarrollo profesional y promover nuevas formas de innovación pedagógica.

La encuesta mundial 2021 llevada a cabo por la UNESCO, el Banco Mundial y la OCDE, determina que: el 40% de los países formó a tres cuartas partes de los profesores en métodos de aprendizaje a distancia y en el uso eficaz de las tecnologías en 2020; seis de cada diez países dieron a los docentes desarrollo profesional sobre apoyo psicosocial y emocional; y el 58% de los países aportaron contenidos para el aprendizaje a distancia, mientras que el 42% proporcionó herramientas TIC y conexiones a internet. Refiere además que el 31% de los 103 países contrataron más profesores para la reapertura de las escuelas, requiriéndose 69 millones de profesores más en todo el mundo para garantizar la educación primaria y secundaria con proyección al 2030. Por ello, estos organismos internacionales hacen un llamado a los gobiernos para que centren su atención en los docentes y en los retos que tienen que enfrentar en bien de la educación de sus países.