La Virgen de El Cisne se quedó sin nombramiento

La Corte Constitucional la despojó de su designación como “Patrona del Turismo Nacional”, en sentencia que declaró inconstitucional el artículo de un Acuerdo Ministerial de la Cartera de Turismo.

Fue en la X Convención Nacional de Turismo celebrada en nuestra ciudad de Loja, durante los días 19, 20 y 21 de abril de 1996, que el entonces Ministro de Turismo, Armando Espinel Elizalde, expidió dicha declaratoria en acto solemne realizado en la Iglesia Catedral. Posteriormente, el 11 de julio de 2017, Enrique Ponce de León, Ministro de Turismo, dictó el Acuerdo 2017-020 en el cual ratifica en su totalidad el instrumento público de 1996, con el propósito de “re consagrar a la Santísima Virgen María en su Advocación de El Cisne como Patrona del Turismo Nacional”.

Recuerdo aquella X Convención Nacional de Turismo porque fui parte de su organización y ejecución bajo el liderazgo y entusiasmo de Hernán Sotomayor Veintimilla en representación de los hoteleros de Loja. Autoridades nacionales y locales, así como lo más representativo de las actividades turísticas del país, hicieron de ese fastuoso evento el más grandioso que se haya desarrollado en su especialidad en el Ecuador, poniendo en alto el prestigio de los lojanos.

Fue un encuentro de agentes de viajes, operadores turísticos, mayoristas, hoteleros, estudiantes e inversionistas, a quienes mostramos con orgullo los atractivos de nuestra Loja querida. La colaboración decidida de unos y otros, especialmente de la Gobernación de la Provincia, de la UTPL, de Glorita Barba de Eguiguren y de Zoilita Aguirre Ruiz, posibilitaron alcanzar el éxito deseado.

El fallo de la Corte Constitucional, que por cierto es ofensivo, no afecta la devoción que los ecuatorianos y lojanos en particular profesamos a nuestra “Churonita”, porque ella está en nuestra alma y es parte de nuestra identidad. Esa devoción y cariño “va más allá de los decretos humanos” como mencionara el Obispo de Loja, Walter Heras Segarra.

Mi buen amigo y distinguido intelectual, Doctor Pedro Velasco Espinosa, hablando del caso escribió: “La Corte está sumida en la vagancia para dedicar su tiempo a una descabellada demanda de inconstitucionalidad sobre asunto tan ajeno a las delicadas competencias del máximo organismo constitucional de la República (…) Precisa recordar que fue el Libertador Bolívar, allá un 28 de julio de 1829, quien dictó, en Guayaquil, un decreto auspiciando la devoción y autorizando el traslado de la sagrada imagen de la Santísima Virgen del Cisne desde su Santuario en El Cisne hasta la ciudad de Loja (…) Habría que declarar inconstitucionales, también, a las declaraciones de Patrona de las Fuerzas Armadas que tiene la Virgen de la Merced, o de Patrona del Ecuador que ostenta la Virgen del Quinche, o de Patrona de la Educación otorgado a la Madre Dolorosa del Colegio San Gabriel, por citar títulos los más solemnes conferidos a la Hija de Dios Padre y Madre de Dios Hijo. De igual manera, la Corte Constitucional debería quitar los patronazgos que tienen varios Santos sobre las ciudades del Ecuador, tales como San Francisco de Asís, respecto de Quito, Santiago respecto de Guayaquil, Santa Ana respecto de Cuenca, San Gregorio respecto de Portoviejo y cientos de santos católicos cuyos nombres son invocados junto al nombre de decenas de ciudades, al tiempo que para ponerlas bajo su protección. Igual suerte debería correr San Miguel Arcángel, patrono de la Justicia, San Alfonso María de Ligorio, patrono de los abogados, sin olvidar a Santo Tomás de Aquino patrono de los jueces. Qué no olviden, por cierto, a San Judas Tadeo, patrono, entre otras aflicciones, de las “causas perdidas”, como es la de la Corte con semejante fallo. Por reciprocidad, los ecuatorianos debemos pedir el amparo de San Expedito, patrono “de las causas justas y urgentes”, como urgente y justo es que se terminen tantos atropellos al sentido común”.

Agregaría también el decreto de 25 de marzo de 1874, expedido por el expresidente Gabriel García Moreno que consagró al país al Sagrado Corazón de Jesús, disponiendo se construya la Basílica del Voto Nacional.

A los lojanos nos ha causado indignación la decisión de la Corte Constitucional, y en nuestra mente está presente, más que nunca, la célebre frase de Albert Einstein: “Hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana, y no estoy tan seguro de la primera”.