La evolución, de lo sencillo a lo complejo

El pasado humano asciende de la prehistoria a la historia.

La evolución con un cambio adaptativo constante; generalmente la opinión generalizada de la gente dice que evolución es cambio; puntualmente significa movimiento, alteración, progresión y cambio, inclusive cambio inevitable, inexorable; se puede hablar de la evolución del universo, del sistema solar, de la Tierra y más aún de la vida; además hablamos de la evolución del lenguaje, de la cultura, de sistemas económicos y hasta de ideas y puede también referirse a la historia evolutiva o desarrollo de grupos enteros de organismos; el tipo de cambio considerado es un desarrollo lógico, procede de lo sencillo a lo complejo, de lo primitivo a lo perfecto; la evolución connota ante todo mejoramiento progresivo; los filósofos sociales,

conceden la posibilidad de modificación y alteración en tanto sean positivas, es entonces este clima intelectual donde cundieron las nociones de evolución del universo, de la vida y de la humanidad, tan físicas como culturalmente, del rápido cambio tecnológico, iniciado por la Revolución Industrial.

Para Darwin, la evolución era “Sucesión” (desent) con modificación; Darwin advirtió que la explicación más sencilla de esta pauta de grados de parecidos entre organismos era la simple noción de que todos estaban relacionados, que todos los organismos descendían de un antecesor común, único en el pasado distante, eliminando la idea de fijeza de la especies; las especies viejas, en su concepto evolutivo, tenían que generar nuevas, tenían que ser especies como entidades fluidas y mudables, que en un tiempo suficiente, su aparente fijeza se disuelve.

Darwin no es el inventor de la idea o teoría de la evolución, pero si el mayor real propulsor de la misma; con su monumental obra “El Origen de las Especies” publicada en 1859, con su apoyo abrumador en la biología; el cambio gradual,

progresivo es el sello del concepto darwiniano de evolución; la herencia es un concepto decisivo en cualquier idea de cambio, las anatomías se heredan genéticamente; la selección natural, solo mejora, son “seleccionados”.

Al hablar de la evolución de la especie humana, alguna población del Homo Erectus debió ser antepasada a cierta distancia, del Homo Sapiens, pues el Homo Erectus, parece claramente el homínido estándar durante el millón de años, que siguió a 1.5 millones anteriores, en el registro fósiles de los Homínidos.