Dignidad y excelencia del periodismo

Augusto Costa Zabaleta

Un Estado puede ser agitado y conmovido por lo que la prensa diga, pero ese mismo Estado puede morir por lo que la prensa calle. Para el primer mal hay un remedio en las Leyes, para el segundo ninguno, escoged pues entre la libertad o la muerte’’ (Luis A. de Bonald)

La exactitud y la verdad, la forma culta, sin prejuicio de la severidad, de la fuerza de las ideas y del pensamiento crítico, constituyese en el pilar fundamental de la LIBERTAD DE EXPRESIÓN DEL PENSAMIENTO, y esencia sabia de todas las libertades consagradas en la Constitución como un ejercicio pleno y ratificado en la Carta de las Naciones Unidas, bajo un contexto de lealtades y consecuencias con los verdaderos anhelos y destinos de los pueblos y de sus convivencias de progreso y paz.

A estos principios éticos fundamentales, emanados de la más noble, humanística y delicada de las tareas del ser que es el periodismo, prodigiosamente se suscita una magistral adhesión de impolutos principios de excelsos y diáfanos sentimientos que evocan a las actitudes de caballerosidad, inteligencia, solidaridad, fraternidad y moral, para ratificar con criterios absolutamente verosímiles el criterio de que ‘’nadie debe escribir como periodista, lo que no puede decir como caballero’’.

Que extraordinariamente frustrante y equívoco resulta un mundo sin la participación “Sine Quanon”, heroica y abnegada  del periodismo que con veracidad denuncian los excesos de los gobiernos dictatoriales, tiranos y sanguinarios, abortos abominables de las tinieblas y que son una blasfemia en un escenario dantesco de corte hitleriano, en contra de la sublimidad de la democracia; periodismo que previene y condena las flagrantes violaciones de los Derechos Humanos; que denuncia y reprocha con auténticos juicios de valores sobre el cáncer de la corrupción la inseguridad jurídica y la impunidad.

El periodista, vigía permanente sin relevo en la guerra y en la paz, ha sublimizado su existencia y hoy integra una nueva generación de élite especializada en la ciencia y el espacio, con un contexto estructural de renovación y liderazgo de lealtades, principios y valores, patetizandose como pioneros de presentes y futuras civilizaciones, como una misión sagrada.