Por buscarte en luna llena
desperté mis pensamientos
y hoy transitan anudados
a las manos de los vientos.
Luna clara en tus mejillas
sin el dardo envenenado
de los píricos enlaces
de los goznes del pasado.
Por saciar mis tempestades
en el lecho fulgurante
de tus piélagos distantes
se marcharon mis edades.
Huella y llanto sobre el limbo
de mi noche enrevesada
ascendiendo en espirales
en los bordes de la nada.
Agua roja en tus praderas
se bifurca y se contagia
de los dulces cascabeles
que rechinan con tu magia.
Nada más que largas noches
en el filo del hodierno
salpicando los murales
al final de un fuerte invierno.
Todo va sin parpadeos
por la senda diminuta
de tus ojos sensitivos
y brillantes como fruta.
Sin querer las manecillas
de los dioses más pequeños
se han quedado a la deriva
respirando tus ensueños.
Por buscarte en luna llena
desperté mis pensamientos
y hoy transitan anudados
a las manos de los vientos.
Luna clara en tus mejillas
sin el dardo envenenado
de los píricos enlaces
de los goznes del pasado.