Antonio C. Maldonado V.
En nuestro país que la población se ha acostumbrado a vivir acompañada del escándalo que por diversos e insospechados motivos cobran relumbrante actualidad a más de los que se producen permanentemente sin que pueda nadie solucionar; al momento dentro de la trifulca que mantienen las funciones del Estado, Gobiernos Autónomos Descentralizados y los embates de la naturaleza que inunda al país produciendo graves perjuicios a los habitantes de los sectores afectados; dentro de este panorama cobra actualidad el fenómeno migratorio para muchos inexplicable ya que hasta hace poco tiempo y atendiendo el mandato del imperio del norte nos obligaban a brindar albergue a los migrantes de Venezuela.
La migración de los habitantes de nuestro país especialmente a los EE.UU. arriesgando su existencia en los viajes sin retorno, víctimas de la delincuencia organizada del “coyoterismo” en la esperanza de hacer realidad el sueño norteamericano, de cuyo destino informan entre organismos del Estado y las ONG, debido a lo cual se abarrotan las oficinas del Registro Civil con pedido de pasaportes que le son otorgados en base a necesidades inventadas o algo similar.
Igual que en la requisa que a diario se efectúa de sustancias estupefacientes especialmente cocaína que saben las autoridades de cada país donde se produce, tarea que debía llevarse a efecto desmantelando los laboratorios que se fabrica atravesando nuestras fronteras y las provincias visitadas por el océano pacífico, el fenómeno migratorio masivo de nuestros conterráneos se ocasiona en diversas formas, aunque si las autoridades nacionales y en particular el Ministerio de Relaciones Exteriores tienen pleno conocimiento de este persistente episodio; hace pocos días salió a la luz pública la larga caminata de las familias de migrantes ecuatorianos atravesando la región del Darién, área selvática y pantanosa ubicada desde el límite de las Repúblicas de Panamá y Colombia, de la que con mucha dificultad se sale con vida hasta llegar a campamentos de donde son transportados a países centroamericanos y en el trayecto fallecieron 40 pasajeros de los cuales 9 eran ecuatorianos y posteriormente 3 asesinados en México.
La crisis migratoria en el país ha existido siempre, pero se acentuó en el año 1999, con motivo de la quiebra fraudulenta de la banca nacional y la dolarización que oficialmente se desplomó a 25 mil sucres por dólar y dejó en soletas y sin poder recuperar sus depósitos a una gran cantidad de ecuatorianos muchos perdieron la vida otros se enfermaron y la mayoría con el afecto filial enraizado en su espíritu salieron especialmente a España que les facilitaba su permanencia por el idioma, aunque cumpliendo tareas a las que nunca estuvieron acostumbradas y los que podían a EE.UU., de tal suerte que el enfoque y la solución de esa trágica situación debe ser permanente, no solamente de hoy, mañana sino durante toda la existencia.
Muchos se preguntan ¿por qué requieren salir, aunque ilegalmente a EE.UU. con un costo muy elevado?, algunos opinan que se debe al desempleo, trabajos ocasionales y bajos salarios, otros a la inseguridad y la tentación de incorporarse a la delincuencia organizada, en particular al micro-tráfico y otra clase de delitos no propiamente de sicarios sino al estilo de esos porque nunca se sabe ni se interesan las autoridades para indagar quién los contrata.
Esperemos que posteriormente a este breve comentario no suceda algo muy grave que desestabilice la gobernabilidad y la paz requerida por todos.