Juan Luna
Loja junto a la UTPL fueron los anfitriones del VI Encuentro de Educación Integral en Valores Humanos-escuela y Salud Emocional organizado por: la Cátedra Unesco de Ética y Sociedad de la Universidad Técnica Particular de Loja, Mesa Nacional de Educación en Valores, Red Ecuatoriana de Pedagogía, Instituto Sathya de México, Colombia y Bahía con el apoyo del Ministerio de Educación y realizado los días 06 y 07 de marzo.
Conferencistas nacionales e internacionales compartieron a los asistentes, directivos y Departamentos DECE de las Unidades Educativa de la Zona 7 conocimientos y experiencias en torno a la necesidad de priorizar una educación integral en valores y salud emocional pospandemia y en un contexto de crisis de violencia “reconocer, afrontar y asumir el factor emocional como pieza fundamental de la vida humana, pues no se pueden desconectar las emociones del proceso de aprendizaje escolar porque vivir implica sentir y experimentar para generar la capacidad de amar”.
Hago eco de algunas ideas que pueden ser bienvenidas a quienes estamos en la acción y gestión educativa y no menos válidas para la familia y la sociedad, pues, somos artífices directos de la transformación económica, social, educativa, desde la singularidad como personas y de la convivencia armónica colectiva.
Los centros educativos, luego de la familia, están llamados a fomentar mejores ambientes de aprendizaje, donde el bienestar individual y colectivo se conviertan en el aula que previene y promociona el equilibrio emocional, los mejores aprendizajes de los estudiantes se generan en ambientes saludables emocionalmente, con infraestructura física, tecnológica incluyente y un equipo de docentes coordinados que, manejan sus situaciones emocionales, generan aprendizajes con estrategias, metodologías y recursos tecnológicos, considerando al ser humano como centro de la acción educativa.
En el aula y fuera de ella se debe fortalecer el autoconocimiento, el principio socrático “conócete a ti mismo” implica reconocer los valores inherentes a cada ser humano, sus cualidades y fortalezas de carácter para el manejo de las emociones, propendiendo a buscar salidas a los conflictos consigo mismo y con los demás, directivos y docentes debemos ser generadores de soluciones y no de conflictos cuidando la integridad, dignidad de la persona y su trascendencia espiritual.
La escuela y el colegio deben ser un lugar seguro para todos para construir ambientes de paz en donde la salud emocional, la construcción de ciudadanía, la convivencia armónica, el desarrollo de habilidades socioemocionales y su acompañamiento efectivo y afectivo evitan los riesgos antrópicos, de allí que, permanente, se deben revisar y actualizar estrategias para la atención personal, rutas y protocolos que eviten y erradiquen la violencia, contar con personal técnico y altamente especializado con un trabajo articulado con el sistema educativo, así, podremos hablar de una educación transformadora sustentada en salud y bienestar emocional, valores, actitudes, comportamientos en beneficio de la educación integral, no solo como el camino para lograr el desarrollo personal familiar y social, sino, para alcanzar el desarrollo económico e integral del país.
Rodeados hoy por los medios de comunicación digital, el docente ya no tiene que transmitir conocimientos, pues, está accesible en las redes. El rol actual es de orientar y acompañar, a manejar la información, distinguir lo verdadero de lo falso y desde la abundante información de las redes y la que se encuentra en la calle procesarla en aula y generar conocimiento, desarrollar destrezas, convivencia aplicada con valores, el respeto a las personas, respeto a la palabra, si no cumplen acuerdos hay desconfianza, respeto a la naturaleza y a la vida, así se construye la persona y el país.
Finalmente, “la humanidad transmite humanidad”, sin desconocer las TIC y la inteligencia artificial que propician, los docentes están acompañando y sus miradas, palabras, afectos y expresiones permiten transformase y transformar.