David Maldonado Peralta
El sur ecuatoriano ha sido durante mucho tiempo un crisol de potencial económico, una tierra fértil para la producción y un punto de partida ideal para la expansión del comercio exterior. Sin embargo, en aras de desbloquear este potencial, es imperativo que consideremos la importancia de atraer y nutrir nuevos perfiles de liderazgo en el ámbito de la producción y el comercio exterior.
La economía de cualquier región, depende en gran medida de la innovación y el enfoque estratégico de sus líderes. En la frontera sur, una región rica en recursos naturales y con una ubicación estratégica, es esencial la búsqueda y promoción de líderes visionarios que podamos aprovechar estas ventajas de manera eficiente.
La producción, en sus diversas formas, desde la agricultura hasta la manufactura, desempeña un papel crucial en el desarrollo económico. Necesitamos líderes que comprendan la importancia de la diversificación de la producción, la adopción de prácticas sostenibles y la creación de empleo en la región. Estos líderes deben estar dispuestos a fomentar la colaboración entre los sectores público y privado, promoviendo la inversión en tecnología y capacitación para mejorar la productividad y la calidad.
En lo que respecta al comercio exterior, el Sur tiene una gran ventaja geográfica al contar con puertos marítimos cercanos y otros puntos estratégicos. Sin embargo, para capitalizar al máximo este potencial, necesitamos líderes que entiendan las dinámicas globales del comercio, que sean hábiles negociadores en los mercados internacionales y que trabajen incansablemente para establecer alianzas comerciales que beneficien a la región, como un padre lo hace con sus hijos.
La renovación de perfiles de liderazgo en la producción y el comercio exterior no solo se trata de cambiar rostros, sino de promover una mentalidad fresca y emprendedora. La juventud y la diversidad de pensamiento aportan una nueva energía a la región, impulsando la creatividad y la innovación en la forma en que abordamos los desafíos económicos.
Potenciemos la producción, el comercio exterior, las inversiones en el sur ecuatoriano, que solamente un hijo de la frontera puede entender, para fortalecer lo ya existente y crear nuevas áreas de trabajo para que el sur tenga voz, donde nadie se quede atrás y podamos sonreír en un Nuevo Ecuador.