Doscientos tres años de independencia; infinitos siglos de dolencia

(I)

Nuestra batalla nunca fue nuestra

Fue y es la de ellas…

oriundas de lo efímero

naturaleza y comunidad:

“Natividad” del olvido

“Nicolasas” de la derrota

“Inés” de lo emancipado.

Mi costurera “Carlota”

Fieles a los estribos del impulso

guerreras de piel ajena

patriotas con senos de fusil

t-ropas de la libertad

mujeres sin nombre

calles olvidadas.

Heroínas de la ciudad

madres de Palacios

hijas de Hidalgos,

huérfanas de Carrión,

hermanas de Rojas,

primas de Riofrío

poetas de confabularios

libros de bibliotecas

líos de peregrinos.

¡Viudas de ilusión!

Apellidos sin sonidos…

Desobediencia y sed…

Hielo en los labios…

Injerto de piel…

Estrellas sin cielo…

Rugen en las banderas…

Obreras del tiempo…

Cadenas rotas de fe…

Arde la historia…

Vientres desnutridos…

Esperan en las páginas…

Renacer de los olvidos…

Canciones de guerra.

Ladrillos y retazos.

Amores soberbios.

Urgen la paz…

Locuras afortunadas

nos liberaron de la crueldad

a Loja del propio lojano, del yugo indebido,

 independencia y dependencia de la realidad.

Nuestra batalla nunca fue nuestra.

Fue y es la de ellas…

Más aún es también nuestra.