(I)
Nuestra batalla nunca fue nuestra
Fue y es la de ellas…
oriundas de lo efímero
naturaleza y comunidad:
“Natividad” del olvido
“Nicolasas” de la derrota
“Inés” de lo emancipado.
Mi costurera “Carlota”
Fieles a los estribos del impulso
guerreras de piel ajena
patriotas con senos de fusil
t-ropas de la libertad
mujeres sin nombre
calles olvidadas.
Heroínas de la ciudad
madres de Palacios
hijas de Hidalgos,
huérfanas de Carrión,
hermanas de Rojas,
primas de Riofrío
poetas de confabularios
libros de bibliotecas
líos de peregrinos.
¡Viudas de ilusión!
Apellidos sin sonidos…
Desobediencia y sed…
Hielo en los labios…
Injerto de piel…
Estrellas sin cielo…
Rugen en las banderas…
Obreras del tiempo…
Cadenas rotas de fe…
Arde la historia…
Vientres desnutridos…
Esperan en las páginas…
Renacer de los olvidos…
Canciones de guerra.
Ladrillos y retazos.
Amores soberbios.
Urgen la paz…
Locuras afortunadas
nos liberaron de la crueldad
a Loja del propio lojano, del yugo indebido,
independencia y dependencia de la realidad.
Nuestra batalla nunca fue nuestra.
Fue y es la de ellas…
Más aún es también nuestra.