Uso de esteras, tradición que de apoco se disminuye
El uso y venta de esteras disminuyen, considerablemente, en los últimos tiempos, según los artesanos. El costo es de $6, quienes más utilizan en el país son de la Sierra.
Entre $6 y $8 es el costo de una estera en el mercado local y nacional. En la ciudad la comercialización no se observa con regularidad, un mayor porcentaje de vendedores se incrementan en septiembre por la llegada de los romeriantes a la peregrinación de la Virgen del Cisne. Los principales artesanos son del Norte del país de ciudades como Otavalo, Ambato, Cuenca, entre otras.
Existencia
Las esteras aparecieron hace algunos años por la necesidad del hombre para descansar y protegerse del frío, comentó Rosa Elena Parugachi, ciudadana de Otavalo dedicada a la actividad por más de 45 años. Los antepasados y hasta ahora las personas del sector rural en su mayoría la utilizan en la cama como una alternativa al colchón.
“Si recorremos los barrios, comunidades y recintos antiguos encontramos a una gran parte de la población de familias de bajos recursos económicos que usan este utensilio para ubicar en sus dormitorios y contrarrestar el frío”, relató. Por ejemplo, en zonas con clima de 12 y hasta 14 grados centígrados más las utilizan, debido a que son cálidas (calientes).
Tradición
Parugachi reveló que el tiempo pasa factura, en los años 20, 40 y hasta 60 la venta era similar a los colchones, en todas las camas tendían una estera debajo de las cobijas, hoy la tecnología y la aparición de nuevos sistemas hicieron que se disminuya su uso y con ello la venta. “A Loja llegamos poco, porque los únicos que compran en mayor parte son los que llegan del Azuay y parte de la provincia de Loja para pasar la noche en los albergues y cuartos de arriendo, al resto no les interesa”, agregó.
No se observa
Juan Angamarca, proveniente de Taquil, mencionó antes la venta de esteras en la ciudad, principalmente en agosto y septiembre, era una costumbre al igual que los castillos, hoy no se observa absolutamente nada y más bien la gente opta por las esponjas (colchones pequeños), que oscilan entre $20 y hasta $25. Los únicos que traen a vender son los minoristas de Otavalo, que este año al igual que el anterior no pudieron colocar sus puestos en el sector del Centro de Convenciones San Juan de Dios.
Comercio
Máximo Peña, artesano de Otavalo, señaló que trajo a expender algunas unidades, pero se encontró con la novedad de que no podía ejercer la actividad e incluso tenía que cancelar $13 diarios para el permiso. En su caso trajo de su tierra cerca de 350 esteras, quien se dedica a este trabajo algunos años, a la ciudad la visita por más de 8 años. Este periodo llegaron cerca de 13 personas (comerciantes), a comparación del año anterior, este último fue malo.
Su confección no es fácil, Peña comentó que al día cada artesano elabora cerca de dos y hasta tres esteras, utilizan algunos materiales como la totora, al igual la materia prima es adquirida de otros lugares donde existen lagunas. Por lo general obtienen en Ibarra, Otavalo, Yaguarcocha, entre otros. El procedimiento es largo, se requiere cortar la planta (totora), ponerle a secar y esperar para el tejido final. (OGC).
Las esteras son tradicionales del pueblo otavaleño.
En los últimos años disminuye el uso y venta del producto.
El costo en Otavalo es de $3; y, en Loja, de $6 a $8.
Los que más utilizan son los sectores rurales y comunidades de bajos recursos económicos.
En Loja no es muy común ver personas realizando la venta, sino en septiembre.
Las esteras son antiguas y una tradición del pueblo otalavaleño.
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Los comerciantes las venden en las calles de la urbe, en septiembre.