La paz perfecta
Cuentan que en una ocasión una importante galería de arte invitó a varios pintores a realizar una obra en la que se muestre “La paz perfecta”. Todos ellos plasmaron hermosos paisajes: atardeceres cálidos sobre montañas altísimas, o bien rayos de sol acariciando las más bellas flores. Sin embargo, uno de los pintores creó un cuadro muy diferente al resto. Su paisaje mostraba un mar enfurecido, nubes amenazantes y un precipicio sobre el que se alzaba un árbol. El jurado estuvo a punto de desechar esta última obra por considerarla ajena a la temática del concurso, pero un observador anónimo los hizo cambiar de opinión cuando dijo: “Si se fijan, sobre el árbol que se asoma al precipicio y bajo la tormenta, un pequeño pájaro descansa en su nido ajeno al viento y al oleaje. Este es sin duda el mejor ejemplo de la paz perfecta”. Demás está decir que dicha obra fue la ganadora.
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