
Es un local modesto -lleno de varillas, antigüedades y trabajos formados en hierro- los hermanos Patricio Tene Sánchez y Vinicio Ayora Tene elaboran herramientas para la construcción y agricultura. El taller La Fragua Reosthar lleva más de 50 años sirviendo a la comunidad lojana y se ubica en la calle Colón entre 18 de Noviembre y Sucre.
Historia
Los hermanos se dedican al arte de dar forma al metal por medio del fuego y el martillo. Son forjadores de un ancestral oficio que lo heredaron de su abuelo Porfirio Tene y su tío Franco Tene quienes fueron sus maestros y mentores. Ellos salían de la escuela, realizaban sus trabajos escolares y luego acudían al taller para ayudar a sus familiares.
Vinicio Ayora Tene en entrevista para Diario Crónica indicó que, con el pasar del tiempo, le tomaron cariño a esta profesión que en la actualidad les permite subsistir.
Sus labores inician a las 07h00 todos los días, prenden la fragua hasta que el carbón que es de leña este en su punto (antes utilizaban el de piedra, pero al ser escaso y de un costo elevado lo cambiaron)-.
A una temperatura adecuada, calientan los materiales hasta que adquieren el color amarillo o rojo vivo y se vuelvan moldeables para transformar -con base en golpes- con el martillo el metal en barretas, cinceles, picos, lampas, entre otros.
“Se necesita de mucha concentración, experiencia y básicamente saber lo que hacemos para terminar un objeto sin ningún tipo de accidente, aunque si los hemos sufrido, pero no de gravedad”.
Mecanizado
El herrero destacó que en su local se dedican a la construcción, elaboración y arreglo de herramientas para la construcción y la agricultura. También a la cerrajería y fabricación de puertas y pasamanos.
Lo mecanización les afectó porque ahora las máquinas provocan que ya no se utilice la mano de obra de las personas y las herramientas, sin embargo, “sabemos que siempre se necesitará de los herreros para forjar utensilios que den detalles a las obras”. Por ejemplo, una retroexcavadora hace el hueco y sin dudarlo se requerirá de una barreta para cuadrarlo.
“Cuando llegó la pandemia fue otro golpe para los herreros porque con el confinamiento obligatorio perdimos contratos, dejamos de lado trabajos pendientes”. Han pasado más de un año y poco a poco se reactivan económicamente. (I).
Dato
Los hermanos llevan más de 35 años siendo herreros.