«Somos del mismo barro»

Al finalizar la primera vuelta de las elecciones generales en el Ecuador, revisé algunas de mis redes sociales, para mi sorpresa no hallé frases de alegría o emoción por que haya ganado uno u otro candidato, más bien, me encontré con frases hirientes, despectivas y de odio, pero no con los candidatos, del pueblo para el pueblo. Recriminándose por haber elegido al candidato que no era de su predilección, también vejándolos y tratándolos de poco inteligentes por no haber pensado como ellos, ubicándose en un extracto superior al de sus hermanos. Acaso, ¿soy menos inteligente por no pensar como mi vecino?, ¿soy la viva representación de un animal por no hacerme a la mayoría?, ¿soy menos humano por no tener el mismo pensamiento de mis familiares o amigos?, acaso por tal situación, ¿no provengo del mismo barro de mis padres?

Todas estas inquietudes saltan a mi mente, pero me reconforta escuchar una frase en el fondo: “Gane quien gane, el pueblo debe seguir trabajando”, y la siento como propia, por que en la jornada de elecciones del 7 de febrero de 2021, como pueblo, cumplimos con nuestra responsabilidad de elegir un posible representante que guíe a nuestro país por mejores senderos, pero ahí no acaba nuestra responsabilidad, así como un barco necesita dirección, también necesita de marineros que remen y pongan en marcha este barco que llamamos Ecuador.

No pensemos que, por poner tal o cual persona en la cabeza del gobierno, los problemas de corrupción se acabaron, acaso, cuándo sobornamos al policía por andar indocumentados en el vehículo ¿no es corrupción?, cuándo pagamos menos a nuestros empleados en el hogar o empresa ¿no es corrupción?, cuando compramos a nuestros hijos para que hagan sus tareas ¿no es corrupción?, la corrupción no viene solamente de arriba hacia abajo, en su gran mayoría esa corrupción también es alimentada por el pueblo.

Nosotros, somos del mismo barro, y cuando agredimos a un hermano, nos agredimos nosotros mismos, la tarea de sacar al país adelante no solo les corresponde a los mandatarios, nos corresponde a cada uno de nosotros, sabiendo que, en número, nosotros somos más que ellos, por ende tenemos mucha más responsabilidad. Por esa simple razón el pueblo no puede permitirse estar en disputa con el mismo pueblo, hayamos votado por quien hayamos votado, ningún iluminado vendrá a salvarnos, nosotros somos quienes nos salvaremos y quienes con unión, fraternidad y solidaridad haremos de nuestro metro cuadrado un mejor lugar para vivir.

Mauricio Azanza O.

maoshas@gmail.com