El cigarrillo, la planta del demonio

David Rodríguez Vivanco

Una tradición afirma que el tabaco es una planta sembrada por el demonio. El día en que un demonio perseguía a un anacoreta, al que fue a tentar en su retiro, encontró que se hallaba ante un dilema: entregarse o caer desde un precipicio profundo. El diablo ha sido siempre rico en recursos de fuga. Escupió 3 veces al suelo e hizo crecer una zanja a la que prendió fuego. El humo acre y terrible hizo retirar al anacoreta, ese humo era el tabaco, con todos los efectos de su combustión.

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