Colocados en diversos sectores de la parroquia Malacatos, cantón Loja, para que la basura sea arrojada —resolviendo el problema de higiene—, los contenedores de basura, a decir de moradores, se han transformado, irónicamente, en focos de contaminación y malos olores, por la capacidad de carga excedida.

Germán Acaro, habitante de la parroquia Malacatos, conversó con Diario Crónica y aseveró que han hecho saber del particular al Municipio de Loja, entidad encargada de recolectar la basura, pero no han tenido respuesta. “Ahora varias familias hemos optado por quemarla, aunque estos basureros siguen llenándose con residuos que dejan los visitantes y de los propios vecinos”, dijo. (I)