El sicoanalista y filólogo colombiano, conferencista de alto nivel en materia de psicología y ciencias del leguaje, Evelio Cabrejo-Parra, plantea la tesis de que el ser humano, antes y después del nacimiento tiene dos libros: el síquico y el físico. Para clarificar en detalle este fenómeno, relacionado con el libro y la lectura, explicaremos cómo es eso de que el género humano solo tiene dos libros en su vida: el síquico y el físico.
El primero, el libro síquico, se inscribe a comienzos del cuarto mes de gestación, cuando la capacidad auditiva de feto se organiza de tal manera para captar las informaciones sonoras accesibles a su aparato auditivo. En este periodo en que el bebé está relacionado con su madre, a través del cordón umbilical, capta los mensajes y los estímulos que ella le transmite. Ahí, el bebé empieza con la lectura del texto oral, es decir, a leer la voz de su madre, que es todo un libro repleto de ternura y amor. En este acto lector, la criatura, pone en juego el movimiento del pensamiento y todas sus capacidades para manejar las informaciones del mundo físico y de ese vasto universo intersubjetivo.
La voz de la madre ya está inscrita en la psiquis del bebé cuando nace. Esta información ligada a dicha voz, le da sentido para distinguir la voz de su madre de las otras voces que le rodean, lo que supone una discriminación que pone en marcha el movimiento del pensamiento. Esta capacidad le permite situarse como un pequeño sujeto en medio del mundo complejo y abstracto de la intersubjetividad que abarca todas las pasiones del alma y los fantasmas de nuestro espíritu.
De ahí que el libro síquico o libro interno está construido de informaciones de la intersubjetividad, es decir, del mundo interno que cada uno experimenta en el fondo de sí mismo; de ese mundo complejo en el que nuestra vida se realiza y donde se desarrollan valores y antivalores como el amor, el odio, lo justo e injusto, el reconocimiento, la mentira. Por lo que, todos estamos destinados a leer dos libros: el libro psíquico o interno y el libro del mundo o físico.
Entonces, cada ser humano, comienza a escribir su propio libro, a través de su desarrollo psíquico, antes del nacimiento; por ello será inacabado siempre. Será el primer libro simbólico, guardado en el fondo de cada uno de nosotros; estará escondido, pero siempre presente, jamás se borrará. El otro, el libro físico, es el que lo podemos tomar con nuestras manos, acariciarlo, percibirlo, leerlo, echarlo; es una especie de eco del libro que llevamos dentro.
De ahí que es fundamental revivir al libro psíquico, ese gran libro olvidado en la lectura, para poder involucrar o hacer entrar un lector en el libro físico, en ese que nosotros conocemos como objeto, en aquel que lo podemos palpar, en ese que contiene todas las culturas del mundo.