A pocos días de un nuevo comienzo

Diego Lara León

Los seres humanos siempre buscamos puntos de inflexión para renovar la esperanza, las energías, los anhelos, los objetivos y compromisos. Estos puntos de inflexión en la mayoría de las veces coinciden con el fin de un periodo e inicio de otro.

Lo congruente es que, al culminar un periodo, analicemos lo se hizo bien, lo se hizo mal, lo que no se pudo y lo que no se quiso hacer. Analizar los porqués, los cómo, los quizá.

Cuando un periodo presidencial termina, queda “mucha tela que cortar”, mucho por corregir, algo por replicar y fortalecer, en fin, queda tanto por hacer, porque siempre en un país es más lo que falta que lo queda realizado.

Lo sensato es que todos, de forma objetiva, analicemos lo bueno y malo, siendo justos, siendo críticos, pero sobre todo siendo honestos con nosotros y con los demás.

¿Qué vamos a elegir el 15 de octubre? Obviamente vamos a elegir a un líder que se ponga al frente del nuevo gobierno y enrumbe a este país hacia aquel desarrollo tan anhelado. Pero este líder no podrá hacerlo todo de forma individual, va a necesitar de todos, del aporte desde cada uno de nuestros espacios, requerirá tiempo, un voto de confianza, por supuesto, crítica de la buena, necesitará también oposición, ojalá oposición sensata y madura, pero sobre todo va a necesitar nuestro apoyo.

El presidente que elijamos el domingo 15 de octubre no será el presidente de sus simpatizantes, será el presidente de todos los ecuatorianos. El ciudadano o ciudadana ungido por el voto popular pasará de ser un candidato a ser nuestro presidente por los próximos 16 meses.

Esperamos del nuevo mandatario muchas cosas, quizá esperamos demasiado, recordemos que nadie podrá solucionar todos los problemas del Ecuador en tan corto tiempo.

Queremos que este líder sea un demócrata, que garantice los derechos y las oportunidades para todos, que los grupos sociales puedan expresarse con libertad, que el periodismo cumpla su rol de forma libre, que asegure que al finalizar su periodo habrá una democracia más fuerte y nuevamente vayamos a las urnas, pues se habrá cumplido un ciclo.

Esperamos de este líder, transparencia, que la corrupción sea una fea excepción en su gobierno y no el común denominador.

Esperamos trabajo en equipo, que entienda que el gobierno no puede hacerlo todo, que sea un motivador, un facilitador, un regulador coherente, pero sobre todo sea cercano a la sociedad.

Buscamos un gobierno que no confunda su rol, que no pretenda ser empresario, que no juegue a ser Dios, que no manipule la esperanza de todos.

Esperamos un gobierno que impulse la innovación, el emprendimiento, que no juegue con la cantaleta de “quitar la dolarización”, que promueva la apertura de mercados, que brinde estabilidad.

Esperamos un gobierno que priorice la seguridad, que sea firme con sus decisiones.

Esperamos un gobierno que descentralice no solo competencias, sino recursos y oportunidades.

Esperamos un gobierno incluyente, respetuoso y motivador.

No buscamos un gobierno perfecto, no existen los gobiernos perfectos, pero nos merecemos uno bueno.

Para conseguir un buen gobierno debemos involucrarnos, si nos quejamos que la política es mala, quizá sea porque no nos hemos involucrado en ella, el ser candidato no es la única manera de involucrarse en política.

Acudir a las urnas y decidir nuestro voto es la primera forma de participar de la política y de ejercer nuestra obligación y derecho al ser ecuatorianos. No podemos ser indiferentes, nunca dará lo mismo elegir a cualquiera, siempre hay que escoger la mejor opción de las que tenemos disponibles.

Acudamos a votar, dar la espalda al país, no soluciona los problemas, dar la espalda a los problemas es un error, tan error como que otros elijan nuestro futuro.

El domingo 15 de octubre decidimos una buena parte del futuro, ¡que nos vaya bien, que elijamos bien!!!

@dflara