Resultados electorales en octubre 2023

Santiago Armijos Valdivieso

El balotaje presidencial del 15 de octubre de 2023 arrojó como resultado la elección de Daniel Noboa Azin como nuevo presidente de la República, al imponerse a la candidata correísta Luisa González Alcívar. Lo hizo con una importante ventaja que, a la vez, arroja mensajes tácitos del pueblo, en torno al rumbo político, social y económico que debería tomar el país.

Uno de ellos sería rechazar los estilos políticos confrontacionales, intolerantes e insultadores; tan arraigados en nuestro escenario político en la última década.

También lo sería la inequívoca y mayoritaria identificación con la dolarización, tan importante a la hora de generar estabilidad económica, y frenar la inflación, al suprimirle atribuciones a gobiernos irresponsables para emitir moneda nacional, sin respaldo.

Asimismo, se interpretaría que las elecciones identifican a la mayoría de los ecuatorianos con el derecho a la libertad, como ideal supremo de la democracia y, consecuentemente, los ubicaría en la orilla de la desaprobación a dictaduras como las de Nicaragua, Venezuela o Cuba, en las que no hay libertad, ni opción para pensar distinto, bajo pena de cárcel.

De otro lado, el pronunciamiento electoral repudiaría la inseguridad, el narcotráfico, la corrupción y la violencia en cualquiera de sus formas, cuyas garras tienen en vilo a la Nación.

Igualmente, los resultados expresarían la necesidad de la reformulación de la izquierda política nacional, sin ligaduras umbilicales a la radicalidad, maniqueísmo y prepotencia del jefe absoluto de la autodenominada Revolución Ciudadana, cuya influencia, difícilmente volverá a gravitar en la medida que lo hizo en la década pasada. Definitivamente, sus seguidores deberían entender que el violento estilo de su máximo dirigente, así como sus grandes errores y pecados cometidos, ya no son aceptados ni perdonados por gran parte del electorado y, especialmente, por parte de las nuevas generaciones.  Precisamente, la renuncia irrevocable de Marcela Aguiñaga a la presidencia nacional del movimiento, por discrepancias con la hermana de Correa, a los pocos días de la pérdida de las elecciones presidenciales, parecería que es el punto de inicio de aquello.

Otro mensaje resultante sería un llamado de atención al tipo de derecha ortodoxa, que no entiende que gobernar un país es mucho más que gerenciar una empresa y que desatiende, con indolencia, los pasivos sociales para dibujar bonitos números macroeconómicos, pero divorciados de la realidad.   

También lo sería:  el inmenso cansancio nacional ante las repetitivas camorras politiqueras, protagonizadas, principalmente, en la Asamblea Nacional y en el Consejo de Participación Ciudadana, cuyos escándalos han generado tanta vergüenza y desilusión democrática.

En fin, el gobierno de Noboa será corto, aproximadamente de 15 o 16 meses y no hay tiempo que perder. Por ello, debería dar prioridad a lo siguiente: asesorarse con expertos internacionales en seguridad para promover una reinvención integral de la seguridad interna y del sistema carcelario; impulsar auditorías jurídicas para evaluar la actuación de jueces penales y fiscales; promover reformas a la normativa jurídica del sistema penal; reforzar y apoyar al seguro social y al sistema de salud público; y, tomar acciones para promover la inversión privada: tanto nacional como internacional. Si la Asamblea bloquea de cualquier forma estas acciones, debe convocar a Consulta Popular. ¡¡Manos a la obra!!