La paciencia en tiempos de impaciencia

Diego Lara León

Luego de las elecciones presidenciales de hace pocos días, llamó mi atención algunas frases colgadas en redes sociales. Una de ellas subidas con humor negro, otras con lamentable odio. Una frase decía: “ya han pasado 24 horas desde que Noboa fue electo y aun no veo una sola obra”.

También escuché con sorpresa y con indignación, una frase pronunciada por un “analista” que afirmó que las mujeres no votaron por la candidata presidencial por envidia y otras locuras más.

Un tercer mensaje también me dejó pensando, alguien mencionaba que las provincias donde no ganó el presidente electo, no deberían ser apoyadas con obras en su nuevo gobierno.

En primer lugar, creo firmemente en la frase “tu candidato, mi presidente”. Quien gana las elecciones no pasa a ser mandatario exclusivamente de quienes votaron por él, pasa a ser mandatario de todos, así es la democracia en un país civilizado. Estoy seguro, que el Sr. presidente electo trabajará pensando no solo en los que votaron por él, sino en todos los ecuatorianos.

Con respecto a los desacertados comentarios de aquel analista político, no quiero ahondar mucho. “El papel aguanta todo”, se decía antes, hoy diríamos “las redes aguantan todo”.

Pero profundizando un poco el análisis, creo que todo lo que he mencionado se debe a que, como sociedad, hemos olvidado o quizá nunca practicado dos valores fundamentales.

La tolerancia es uno de ellos, y es la clave de la convivencia armónica. “No estoy de acuerdo contigo, pero daría mi vida por que tengas el derecho a expresarte”.

Y segundo la paciencia, que es vista hoy con una cierta displicencia. Sin embargo, es una buena excusa para dejar de lado las urgencias, haría un gran bien en nuestra sociedad, tan frenética, apremiada, malhumorada, preocupada y exigente con los otros. “La paciencia no es la solución de nada, pero deja tiempo para buscar soluciones”. Es conveniente en la familia y en el trabajo, en la política y en la sociedad, en los medios de comunicación y en las redes sociales.

¿Cuál sería una razón para tener paciencia?, me permito responder con otras preguntas: ¿quién no tiene ningún defecto?, ¿quién lo sabe todo?, ¿quién no está nunca triste? ¿Quién nunca se ha equivocado??quién nunca ha emitido un criterio apresurado?

Muchas veces se suele pensar que únicamente debemos tener paciencia con los demás, eso es un grave error, también y primordialmente debemos tener paciencia con nosotros mismos.

Debemos tener paciencia con nosotros mismos, en nuestra exigencia de derechos, en nuestros sueños de éxito, en nuestra búsqueda de saberes y seguridades. Lo queremos conseguir todo tan rápidamente y nos sentimos tan merecedores de tenerlo todo, que cualquier obstáculo, contrariedad o dilación nos llena de amargura, desazón e irritación. La paciencia nos invita a reaccionar con serenidad y a esperar con perseverancia.

Debemos tener paciencia con los otros. Como mínimo, una cierta dosis de paciencia, que debe incluir tres parámetros: no dar inmediatamente por hecho que el otro tiene las peores intenciones hacia nosotros; esperar un poco antes de manifestar nuestro desacuerdo, nuestra reprobación, hacerlo con oportunidad y medida; y, darnos un poco de tiempo para tratar de comprender los motivos y razones de los otros, que a menudo serán diferentes de los nuestros y, por lo tanto, difíciles de comprender para nosotros.

La paciencia no es pasividad, ni fatalismo, ni cobardía, sino expectación ante horizontes de incertidumbre, resistencia mientras pasa la tormenta. La paciencia nos calma, nos anima a resistir un poco más, a perseverar en los objetivos y a estar abiertos a cambiarlos, nos libera de nuestro supuesto absoluto.

La paciencia es mucho menos que el amor, mucho menos que el saber, mucho menos que la concordia y convivencia, pero abre caminos al amor, al saber, a la concordia y a la convivencia.

@dflara