La vieja escuela de negociación enseñaba la formula “yo gano tu pierdes”, gracias a esa escuela se volvieron famosos los “lobos de Wall Street”, los “negociadores duros” y aquellos que se sentían triunfadores cuando quebraban a sus proveedores o a sus competidores.
Con la evolución de la sociedad y la interdependencia cada vez mas fuerte entre todos los actores de la cadena de valor, nos hemos dado cuenta que un proveedor bueno y un gran competidor son fundamentales para el crecimiento, evolución y consolidación de una empresa.
Desde hace varios años se ha dejado la vieja escuela de negociación y se ha puesto de moda la negociación del “ganar ganar”. Una negociación es exitosa si todos quienes intervienen se mueven a un lugar diferente de su posición ideal, un lugar donde se sientan bien y obtengan beneficio.
En la sociedad actual las sinergias son fundamentales para consolidar el desarrollo, las sinergias requieren que las fuerzas se unan, cediendo sus posiciones individuales y trabajando por un objetivo en común.
Un buen líder sabe que, para cumplir sus objetivos, necesita de un equipo de trabajo convencido, comprometido y preparado para los retos. Pero también un líder necesita de un entorno amigable, recordemos que una planta puede crecer en un ambiente hostil y hasta dar frutos, pero si el entorno le ayuda, esa planta será una máquina de entregar frutos de calidad.
Un líder no debe ser egoísta, debe ser empático, debe aprender a ceder y debe ser humilde en el triunfo.
Con preocupación escuché hace pocos días a un político decir (palabras más, palabras menos) “si yo gano tú me apoyas, si tú ganas olvídate de mi apoyo”, así no se construye país, así no se tienden puentes.
El País necesita unirse, necesita bajar el nivel de confrontación, la grave pandemia, la gran crisis económica y los temas fundamentales que afrontamos como sociedad no se superarán con indivualismos, no se lograrán con construir muros, no se conseguirán con sectarismos, con creer que solo yo y mis seguidores somos los buenos y los otros son los malos.
La convivencia y el hacer país nos exige acompañar a quien lidera al Estado, trabajar de la mano todos y ser tolerantes con el que piensa diferente.
Existen muchos artículos escritos sobre las cualidades que debe tener un líder, yo me quedo con las siguientes:
Un líder debe saber escuchar, no solo a quienes piensan como él, sobre todo a quienes piensan diferente.
Un líder debe tener flexibilidad para adaptar su estilo de liderazgo a la sociedad que dirige, una sociedad es cambiante y sus líderes deben saberlo.
Un líder debe ser honesto y cuando digo honesto no me refiero únicamente a no robar, me refiero a saber sus limitaciones y dejarse ayudar.
Hago votos porque esta búsqueda de un líder nacional nos una, nos haga más tolerantes y nos permita tomar las mejores decisiones.