
El olor desagradable es la muestra clara de que los árboles, principalmente de la Av. Universitaria entre 10 de Agosto y Miguel Riofrío, se han convertido en urinarios. Propietarios de locales señalan que los controles no se ejecutan por las autoridades.
Circunstancias
Falta de baterías sanitarias o el cobro para ingresar a las que ya existen, y el irrespeto de ciudadanos provocan que esta actividad sea común durante el día y con mayor frecuencia en la noche.
Efrén Cartuche, propietario de un local de bisutería del sector, señaló que esta práctica la realizan personas que se dedican a expender productos (vendedores informales) y ciudadanos bajo los efectos de alcohol o alguna sustancia. “Es inaudito observar que orinan en los árboles ubicados a escasos metros de la intersección de la Av. Universitaria y Rocafuerte, donde también existen puestos de lustrar zapatos”, dijo.
Agregó que algunas veces —junto con otros emprendedores— trataron de impedir esta actividad e hicieron que las personas se retiren, pero luego de varios minutos retornaron. “Los policías municipales, que efectúan el control de las ventas informales, conocen del tema, incluso observan, pero no actúan”, acotó.
Por su lado, Dilcia Chuquimarca afirmó de cada día camina con su mascota por el lugar, aunque transitar por el sitio es desagradable y más en días soleados —donde el olor es insoportable—, “incluso he visto a jóvenes orinar y tras increparlos se molestan e insultan”, acotó.
Otros ciudadanos indican que el lugar se ha convertido en baño público porque personas de todas las edades hacen sus necesidades biológicas a vista y paciencia de las autoridades. Lo peor es que llegan turistas a la ciudad y al observar esta práctica se llevan una mala imagen, más aún por estar cerca de un centro de abastos.
Desde el Ayuntamiento local omitieron dar información si existe algún proyecto o plan para erradicar esta mala práctica, aunque indicaron que los vecinos deberían unirse y ejecutar alguna campaña contra los ciudadanos que realizan estas acciones. (I)