
Varios moradores del barrio La Vega de la ciudad de Catamayo culpan a la Empresa Monterrey Azucarera Lojana C.A. Malca de las enfermedades que padecen, debido a que cierto tiempo, por varios días, deben soportar la ceniza que llega a sus hogares tras la quema de la caña. Mencionan que las autoridades no han hecho nada por ayudarlos.
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Joselito Maya vive a unos 500 metros de plantaciones de caña de la empresa en el barrio La Vega. Mencionó que en los momentos que queman la caña su casa se vuelve como si nadie viviera en el lugar, porque amanece lleno de ceniza y suciedad.
Han puesto la denuncia a las autoridades cantonales y provinciales, pero nada ha cambiado porque la situación continúa, pareciera que la empresa no le interesa respetar las leyes.
“Empecé a tener problemas respiratorios desde el momento que iniciaron la quema del producto y el mal se agravaba cuando la ceniza llega a mi casa, es por ello, que estoy seguro que esta actividad está afectándome la salud”.
Por su parte, Mireya Villa, ciudadana, dijo que la quema de caña en el barrio y otros aledaños es el pan de cada día, pero lo malo es que lo hacen en la noche para que nadie proteste de la contaminación que provocan a los sectores.
“Esta problemática viene desde años atrás y hasta el momento no ha podido ser superada, ya que Malca siempre quema y no mide las consecuencias de las afectaciones a las personas. Por ejemplo, varios niños en el barrio La Vega tienen problemas respiratorios y producto de las cenizas que llegan al sector”.
Los moradores siempre deben tener los domicilios cerrados, ya que no saben cuándo quemarán las plantaciones de caña.
Anteriormente, era Catamayo el afectado por esta actividad, pero en los últimos días Calvas, Quilanga y Espíndola están padeciendo de este inconveniente, sus autoridades alzaron su voz de protesta y pidieron solución a los organismos competente de la problemática.
Diario Crónica se comunicó con Malca para solicitar una entrevista con el gerente de la entidad, sin embargo, se mencionó que se debía contactar con Jessica Lara, asistente de gerencia, pero no contestó a las llamadas hasta el cierre de la edición.(I).(FJC).