Campos Ortega Romero
El paro convocado por la CONAIE que duró 18 días, nos dejó algunas lecciones para la reflexión de todos los ecuatorianos, pero qué es la CONAIE. La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, máxima organización representante de los pueblos y nacionalidades indígenas ecuatorianas, así como las organizaciones regionales que integran la sierra: Ecuador Runakunapak Ricchrimiu ECUARUNARI; Amazonía: Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana, CONFENIAE; y de la Costa: Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Costa Ecuatoriana (Conaice). Consejo de Pueblos y Organizaciones Indígenas Evangélicos del Ecuador, FEINE, Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, indígenas y Negras, FENOCIN.
Desde la madrugada del 13 de junio del presente año inicia el Paro Nacional convocado por la CONAIE, para rechazar las medidas neoliberales vigentes en el país, el desabastecimiento de medicinas en el IESS, los bajos presupuestos para la salud y educación, la ola de violencia que golpea a los ecuatorianos, fundamentándose en los 10 temas sensibles en materia económica y derechos. Esta movilización tiene carácter nacional y territorial e indefinida, el Gobierno tiene que mostrar voluntad de estar con el pueblo, señalaba el Presidente de la CONAIE. Con marchas de protestas contra el gobierno y contramarchas a favor del mandatario, hasta que finalmente el 30 de junio el Gobierno Nacional y la CONAIE finalizan el paro, para tranquilidad de quienes habitamos en este nuestro país.
En el desarrollo del paro señalado hubo manifestaciones de solidaridad y aplausos con los protestantes e indígenas agrupados en la CONAIE por parte del pueblo pobre de la Capital de los ecuatorianos, que abastecieron de agua, alimentación, insumos de abrigo para los marchantes que exigían mejoras al gobierno en beneficio de todo el pueblo ecuatoriano. Nos recuerda esa máxima que alguna vez escuchamos “solo el pueblo salva al pueblo”. Contrastando con lo señalado, en la Tribuna de la Avenida de los Shyris, al norte de Quito se agrupaban simpatizantes del gobierno “gente de bien” todos de blanco inmaculado, para expresar su rechazo al paro de los indios y su apoyo al régimen actual. Lo hicieron a pesar de que el derecho de Estado de Excepción, emitido por el presidente de la República prohibió el derecho constitucional de libre asociación y libre movilización. Se escucharon gritos, como “indios regresen a su “llacta” dejen trabajar, indios vagos… etc.” y otros epítetos.
Recuerdan lo de la reflexión: el racismo a flor de piel vigente en nuestros país, es un claro enfrentamiento de quienes detentan el poder económico y los pobres de nuestros Ecuador, los desvalidos, los indios, los sin nombre, los necesitados de siempre. La pobreza frente al capitalismo. Aporofobia.
Aporofobia, un neologismo inventado por Adela Cortina, filósofa española, sirve muy bien para describir en una sola palabra el espíritu del capitalista y del capitalismo: fobia, vergüenza, rechazo al pobre y al indigente. A esto le podemos añadir, al enfermo, al preso, al migrante, al extranjero, al extraño, al negro, a los enanos, a los gordos, a cualquiera que uno sepa que no tenga plata y no esté correctamente perfumado. La fobia al pobre es el culto al rico.
Cuando se tiene dinero y eso hace que nos cambie la vida vemos las cosas al revés, pensamos que vivir mejor es sólo producto del poder del dinero y no pensamos que todos podemos trabajar juntos para vivir mejor, que toda la sociedad puede alcanzar niveles de vida más avanzados, sin disconformidad, sin tanta angustia y fricciones; tanto de forma material como espiritual, es decir, en un equilibrio. Lo común es ver «el progreso» como una oportunidad individual, tal y como lo dicen los pensadores liberales: «igualar las oportunidades», pero dentro de una sociedad marcada por la competencia y la ventaja, que siempre será para el que más tiene. Si el valor que impera en la sociedad es el dinero, el que más tenga dinero siempre valdrá más. Así sea.