Benjamín Pinza Suárez
Vengo sosteniendo que todo aspirante a una dignidad local, provincial y nacional, debe tener como requisito sine qua non: una gran formación cultural, porque lo que le da sentido a una transformación social es la cultura que es el medio por el cual se logra tener una clara concepción del mundo, de la realidad, de la vida, la sociedad, el conocimiento, la ciencia y el pensamiento, con lo cual se puede construir un buen modelo de ciudad y de país, y a la vez, impulsar un modelo de desarrollo humano que nos de la facultad de ser asertivos para comprender y respetar al otro, captar su sentir, sus urgencias y aspiraciones y poder entendernos como sujetos sociales.
Por lo general, los quijotes de la cultura que trabajan apasionadamente por el arte para darle sabor, color, armonía, deleite y elevación espiritual al ser humano, chocan con las indiferencias de quienes están al frente de las entidades públicas y privadas (salvo honrosas excepciones) que cierran las puertas a las propuestas culturales frustrando grandes proyectos en pro de la sociedad.
Sin embargo, hay gestores, promotores y productores culturales que luchan por abrir paso a sus empeños; este es el caso de Gina Ordóñez Ochoa que con una actitud envidiable y digna de imitarse, ha hecho posible la creación del Festival “Loja Sobre Tablas” que cuenta hasta el momento con la décima edición y que ha sido el pilar más sobresalientes del Festival de Artes Vivas. Nacieron como Asociación de Artes Escénicas y Audiovisuales, para abrirse espacio al intercambio y enriquecimiento de experiencias culturales y convertirse en una vitrina para la industria cultural local y nacional, promoviendo las artes teatrales, las artes circenses, las artes dramáticas, la comedia, las artes musicales, con lo cual han creado públicos y están formando artistas. El nombre es de “Loja sobre tablas” es bien concebido, porque sobre las tablas que dan calidez y arrobamiento a una habitación con su olor y color a cedro y romerillo, se deslizan los sonidos de la música y los movimientos dancísticos y teatrales.
“Loja sobre tablas” recupera el teatro de la década del 70 de una manera más estructurada y sobre todo, con gran visión. Para ello buscaron apoyo en Cano Artes Escénicas, en el Municipio de Loja, en la Casa de la Cultura, en la Universidad Técnica Particular de Loja, en la empresa Oz Teatral, que se constituyeron en parte activa de la producción del Festival “Loja sobre tablas”. Durante los tres años que trabajaron con el Municipio de Loja en la administración del doctor Castillo, por dos años consecutivos ganaron los Fondos Concursales del Ministerio de Cultura, lo cual les permitió financiar su actividad. Gina Ordóñez Ochoa, es quien ha liderado con inteligencia, empeño y pasión el Festival “Loja sobre tablas”, que hoy por hoy, es toda una institución cultural de prestigio que suena y es vista con admiración y respeto fuera de nuestros lindes provinciales. Aplausos sonoros para Gina Ordóñez y todo su gran elenco de artistas del arte escénico por aportar con tu talento a robustecer el buen nombre de esta Loja, cuna de la cultura, el arte y la intelectualidad.