César Correa
Ni siquiera la devolución del IVA al Municipio de Loja y demás gobiernos seccionales de la provincia traía Guillermo Lasso, por lo que consideró que la mejor opción en esas circunstancias era excusarse de asistir a la sesión solemne por el nuevo aniversario de nuestra primera independencia, pues hubiera causado mayor irritación y un perjuicio electoral más grave para Mario Mancino, su candidato a prefecto.
Ya anteriormente Mario Mancino había reconocido que las autoridades lojanas tienen peso político cero en Quito, lo que se evidenció una vez más este 18 de noviembre.
La abrumadora votación que recibió Lasso en la provincia de Loja para ser elegido presidente no sirvió de nada para que alguna de nuestras urgentes necesidades recibiera la respectiva asignación presupuestaria.
¿Cómo responderá Loja ante tanto desprecio y postergación?
En febrero próximo, cuando elijamos a los personeros de los organismos seccionales, sabremos si los lojanos han perdido el pundonor y proclaman a los 4 vientos que están dispuestos a premiar todos los ultrajes que les hagan, o dirán que exigen otro tipo de administración, que venga de inmediato a contratar las obras de vialidad, agua potable, alcantarillado y riego que nos hacen falta de manera extrema.
Son los electores los que tienen la palabra. Que no le carguen después toda la culpa a los políticos. Existen posibilidades reales de salir del pantano neoliberal e imponer las políticas económicas que se pronuncian vigorosamente a favor de una cuantiosa inversión pública en empresas estatales.