Luis Jiménez Tenesaca
El término de código abierto u open source es relativamente nuevo y hace referencia al software cuyo código fuente está a disposición de todo el público de forma gratuita, y otorgando las respectivas licencias para su reutilización y puedan ser adaptados a las distintas realidades, dando origen al movimiento de código abierto.
Este movimiento permitió crear ecosistemas digitales que sean flexibles e incluyentes, para así reconocer el valor de nuevas aplicaciones en las distintas formas de ser utilizadas.
Dentro de estos movimientos de código abierto podemos observar a: Fundación Linux que es más conocido por el núcleo de Linux que lo utiliza Google para su sistema operativo Android, consta con más de 53 proyectos que incentivan el ecosistema de código abierto como dronecode que es una plataforma común y compartida de código abierto para vehículos aéreos no tripulados (UAVs).
Otra iniciativa es la Fundación Fiware, que es la pionera en trabajar con el estado para llevar los beneficios de código abierto a la innovación pública mediante una alianza público-privado en especial en la Unión Europea, que ha permitido acelerar servicios más inteligentes como de los municipios, dando así la creación a verdaderas ciudades inteligentes, abiertas y ágiles, mediante ecosistemas de Pymes, ihubs, etc., y que pueden ser mapeados a través de su FiwarEmap en http://www.fiware.org
Desde que el código abierto ha incursionado en las administraciones públicas, cada vez los procesos migran hacia esta forma de innovación pública, y tenemos ejemplos como que el 80% de la inversión en TI de la ciudad de Barcelona será de código abierto; el Ministerio de Defensa italiano cambió más de 100.000 escritorios de Microsoft Office a LibreOffice en el 2020, teniendo un ahorro de 30 millones; en Buenos Aires se utiliza el congestiómetro, que permite mejorar la gestión de la movilidad utilizando datos masivos de Waze; también tenemos SaniHub que es un conjunto de herramientas para el diseño de sistemas de colecta y tratamiento de aguas residuales.
Se tiene uno de muchos ejemplos de que la infraestructura pública está innovando hacía el código abierto, y es que uno de los favores que impulsa la aceptación de parte del estado, es la reducción de costes, pero se debe dar importancia mucho a este factor, ya que el código abierto es libre pero no gratis y en algunos softwares se debe tomar en cuenta los costes relacionados con la implementación y soporte.
Con la utilización de los códigos abiertos en las infraestructuras públicas, no solo se abaratan costes y el uso de estándares abiertos, sino también la transparencia y la retroalimentación con distintos actores mundiales de código abierto.
Por eso los gobernantes deben entender que es de verdad la innovación pública y no pensar que la innovación radica en tan solo aplicar un gobierno electrónico dentro de las instituciones, sino que va más allá, y buscar una verdadera innovación en beneficio de la ciudadanía.