Visite la laguna Las Orquídeas en el feriado

César Augusto Correa

La laguna Las Orquídeas, recientemente descubierta, se halla en el río Igüila, en la parroquia San Antonio de las Aradas, cantón Quilanga, a unos 130km desde la ciudad de Loja. Una visita a dicha laguna permite observar el hermoso paisaje de la zona, gozar bien de los deleites de la natación, grabar memorables vídeos y fotografías, efectuar un fuerte ejercicio físico para fortalecer los músculos e informarse sobre otros atractivos turísticos de la parroquia, así como de los importantes cultivos que se realizan en su territorio.

El domingo 22 de los corrientes hice el viaje, con mis 80 años de edad a cuestas, acompañado del Lic. Hugo Guaricela (83 años de edad), la señora Flor María Castillo, la tecnóloga Kimberlin Peña Moreno (25 años de edad), el conductor del vehículo señor Zaruma y de guía nos sirvió el Dr. José Miguel Salinas, quien es el propietario de la Hostería Aroma de Café, que se halla en la cabecera parroquial.

Salimos de la ciudad de Loja a las 11h00 para seguir el trayecto Catamayo-Gonzanamá-Quilanga-San Antonio de las Aradas, por vía íntegramente asfaltada. Teníamos la alternativa de ir por Malacatos-Purunuma-Gonzanamá, que está lastrada, pero ignorábamos el tiempo que nos tomaría y preferimos el camino conocido. Por los problemas que ocasionan los que transportan material minero, nos demoramos una hora para llegar a Catamayo; luego continuamos, máximo a 60km por hora, por lo que llegamos a las 14h00 a San Antonio de las Aradas, donde nos esperaba la famosa cecina de chancho. 

A las 15h00 estuvimos en el ingreso al sendero que debíamos seguir para llegar a la meta. El Dr. Salinas nos dijo que en 15 minutos llegaríamos al río; posiblemente él hace el recorrido en ese tiempo, pero nosotros nos demoramos más del doble, bajando y bajando por el empinado sendero, si a eso se le puede llamar sendero, que parecía interminable esa tarde de despiadado sol. Para llegar a la laguna faltaba un trecho de unos 400m, que recorrimos por el cauce del río, para lo cual estábamos preparados porque habíamos sido advertidos anticipadamente. Las refrescantes aguas fueron un alivio, aunque en algunas partes había que hacer hazañas de equilibrio para sortear grandes piedras o enormes troncos. Al llegar a la laguna nos convencimos de que valía la pena haber realizado el esfuerzo para conocerla. El agua cristalina, sin contaminación, resulta completamente agradable por su temperatura, casi tibia. A las 17h00 iniciamos el ascenso de regreso y llegamos a la carretera a las 18h00, porque los ancianos avanzábamos lentamente. Volvimos a San Antonio, a disfrutar del exquisito café que nos ofrecieron en la Hostería. Por la noche retornamos a Loja, deteniéndonos un momento en Catamayo, a merendar. No nos quedamos a pernoctar en la Hostería porque no disponíamos del tiempo necesario.

En nuestros planes estaba también llegar a la catarata Las Orquídeas, que se nos dijo estaba cerca de la laguna. No lo pudimos hacer porque arribamos a San Antonio de las Aradas demasiado tarde; si hubiéramos comenzado el descenso a las 14h00 sí llegábamos a la catarata.

Para menores, jóvenes como Kimberlin o atletas, no se requiere de mayores precauciones y con seguridad pueden recorrer el sendero en media hora o menos. Para las personas de la tercera edad se recomienda proveerse de un buen bastón y de por lo menos 2 botellas de agua. 

Recomendaciones a las autoridades

El flujo turístico hacia esta parte del río Igüila puede llegar a centenares por semana siempre que se hagan algunas adecuaciones que requieren inversiones que solo las puede hacer el sector público: construir un verdadero sendero que llegue hasta la laguna y se pueda seguir con ciento por ciento de seguridad; colocar suficiente señalética; construir sitios con cubierta y hornilla para preparar y servirse alimentos. Sin la presencia activa del Municipio de Quilanga y de la Junta Parroquial de San Antonio de las Aradas esta oportunidad de incrementar el turismo permanecerá desperdiciada; aquí no hay peor enemigo del desarrollo que el neoliberalismo.

El sector privado puede hacer inversiones menores por montos que se recuperen pronto. Los dueños del terreno deben facilitar el acceso, por lo cual tendrían el derecho a cobrar la entrada. Con mingas se puede mejorar el sendero en los sitios más abruptos o peligrosos, colocando horizontalmente cables o tallos de madera, para impedir que quienes pierdan el equilibrio se salgan del camino y rueden por el barranco, adecuar sitios para que descansen quienes se sientan agotados, construir quioscos para la venta de bebidas, comestibles y artículos de consumo frecuente por turistas.

Para quienes estén interesados en ir a la laguna Las Orquídeas les consignamos el número 0979521798 del Dr. José Miguel Salinas, quien les puede dar la mejor información sobre todos los aspectos del recorrido por la parroquia. (I)