Una vez el amor

Todos tenemos algo que atesoramos, en mi caso, he guardado esto que hoy comparto, el libro titula “Una vez el amor”, y aunque mi faceta de poeta no es conocida, yo cedí a sus encantos en la adolescencia, es decir, a estas alturas de mi vida, la poesía ha hecho de mí lo que ha querido, yo con ella solo lo que he sentido, acá comparto algo de sus efecto en mí:

“La luz de tu mirada”: Ahora que no puedes regañarme/ ahora que tu mirada brava/ traspasa la lápida/olvido los enfados/ me quedo con tu vestido de flores azules/ con las mariposas robando miel/ de unos días felices./ He olvidado la angustia en el hospital/ con su cama fría/ y tu cuerpo de mujer fuerte/ abrigando debilidades/ no era raro disimular las lágrimas/ si tu alergia justo en los ojos/ te hacía llorosa./ Te vi tantas veces secarte esa alergia/ con la manta/ con la sábana/ hasta con la vida./ ¿Cuánto he olvidado?/ Si a pesar de tu carácter de leona/ tiritabas en lo humano/ a la larga/ el escalofrío te ganó la batalla/ ¿De qué sirven los alaridos osados?/ Si nadie me devolverá tus ojos selva/ nadie me traerá tu voz precavida/ porque la vida fue un riesgo/ ¡Hay que batallar!/ Y ahora,/ ya sin tu regaño aleccionador/ sin tu mirada brava/… /¿Cuánto he olvidado?/ tus cabellos blancos que peinabas/ mientras sermoneabas/ ayudando a pagar mi cuota sufrida/ con cada regaño./ Ahora/ es tan larga mi pena/…/

También esta poesía para alguien con quien he vivido el amor: “Alguien como sol”: Alguien/ un río con aliento de bosque/ un sol que se proyecta a estrella/ un grano de polvo que se multiplicó en tierra/ una hoja que viste los verdores/ un murmullo de agua diferente de ella misma/un respiro que es vida/ y la belleza del sol concebida en tibio amor/ y desde luego la niebla/ que nos besa./ Algo, alguien/esencia que es suprema/ y no deja de ser en todo/su resplandor existe/ persiste./ A veces/ manantial del espíritu que se auto refleja/ a veces lluvia, viento, mar/ un amor que tiene obscuridad en su luz/ Alguien/ que despierto arrullando su presencia/ es milagro/yo su razón de existencia/ es universal en lo humano/ y eternidad del instante/ bien que transmuta el mal y así es bondad./ Alguien/ a quien develar con urgencia./ Alguien/ una razón descarnada en cuerpo y alma/ vida que trascienden el polvo/ la conciencia/ Alguien/ como sol/ como estrella.
Y cómo no compartir: “Una vez el amor”: Una vez el amor brizna de hierba/ fragilidad de las alas/un hálito en el temblor de ave indefensa/ no solo fe en la tibiezas humanas/ pues, sin saber fuimos luz/miedo tembloroso en la obscuridad/y la esperanza en todos los demás/ que también somos/…

El espacio es pequeño para escribir todo lo que la poesía ha dado. Pero, después de respirarla, existirla, de sentirla, no hay más que decir: Una vez el amor.