Frescos vientos

Sin desconocer que vivimos momentos durísimos provocados por la pandemia del coronavirus y por los lacerantes latigazos de la corrupción; resulta alentador que el Gobierno del Presidente Guillermo Lasso Mendoza haya iniciado su gestión con una gran predisposición al diálogo serio con todos los sectores que forman parte de nuestro complejo entorno social y político. Las últimas reuniones mantenidas con el sector de los transportistas y de los indígenas evangélicos así lo evidencian. Así mismo, resulta altamente positivo el ambiente de respeto a la libertad de expresión que estamos viviendo y el menor grado de confrontación que empezamos a sentir en los linderos patrios.

Todo ello, ha generado esperanza en gran parte de la ciudadanía, y, en la medida que el flamante gobierno no se tuerza en el camino ni sucumba ante las numerosas tentaciones del poder; podríamos aspirar a mejores días. De no ser así, el enorme tacho que acumula las decepciones ciudadanas asfixiará aún más al Ecuador y generará reacciones sociales impredecibles.

En ese contexto y aprovechando los frescos vientos que brotan de la oxigenante alternancia democrática con el inicio de un nuevo gobierno; nuestra ciudad y provincia de Loja; a través de sus autoridades, de sus organizaciones sociales, de sus gremios profesionales y empresariales, y, por supuesto, mediante la opinión pública y ciudadana; debe identificar sus necesidades prioritarias para trazar estrategias que permitan afrontarlas y solucionarlas.

Son muchísimas, pero me atrevo a señalar como las más urgentes a las siguientes: 1. Inoculación completa de la vacuna contra el Covid-19; 2. Ampliación a cuatro carriles de la vía Loja-Catamayo; 3. Servicio aéreo regular, y con precios justos, hacia y desde Quito y Guayaquil; 4.  Construcción  del Centro Binacional de Frontera en Macará; 5. Obtención de líneas de financiamiento internacional para la concesión de créditos con destino agrícola, pecuario y de emprendimiento; 6. Simplificación de trámites burocráticos a todo nivel, especialmente para emprendimientos e inversión en general que permitan la reactivación económica; 7. Continuación del Festival Internacional de las Artes Vivas; 8. Mejoramiento y ampliación de la infraestructura de salud pública.

Lograrlo no será nada fácil y aunque se presentarán dificultades de toda índole, resulta un deber ineludible de las autoridades empezar con la tarea y continuarla con persistencia. Como lo dije, bien vale aprovechar los frescos vientos que han permitido que el horizonte sea favorable a la cicatrización de las heridas sociales y al florecimiento del trabajo conjunto entre el sector público y privado, matrimonio sagrado, de cuya armonía depende el progreso o atraso de nuestro pueblo.

Soplemos con optimismo para hinchar las velas de nuestro destino y no anclemos el barco a las turbias aguas de la intolerancia, el resentimiento, el sectarismo,  la mezquindad y la corrupción. Nuestros antepasados lo exigen, nosotros lo merecemos y nuestros hijos lo claman para seguir escribiendo páginas en la historia de la patria.