Cerrar los ojos para ver
Cerrar los ojos para no ver es un gesto muletilla en el que me he apoyado muchas veces, pero cerrar los ojos para ver algo que se dejó atrás, es duro, durísimo, aunque nos asegura la dicha de reencontrar aquello que se ama, que pervive en el recuerdo.
Desde ese marzo, indeleble, en el cual empezó el confinamiento, he vivido acompañada del temor, viendo gente querida irse, viendo gente querida quedarse desconsolada, y así muchos hemos sido derribados por la tragedia.