Como Séneca a Lucilio, mi querido Padre a su descendencia

En las Epístolas a Lucilio vemos plasmada muchas reflexiones de vida que Séneca le trasmite a Lucilio mediante el análisis de circunstancias que ocurren en la vida, como alcanzar la virtud o la sabiduría como la concibe. Las citas y consejos que muestra a su discípulo, pupilo o amigo muestran la sabiduría que mediante la experiencia vivida ha logrado adquirir, con la que lo conduce hacia un bien mayor. La prudencia, la mesura, el incesante esfuerzo en el trabajo, la administración de los dones recibidos para beneficiar a más personas de las que somos responsables directa e indirectamente.

La sabiduría de un Padre no puede compararse con la reflexión de un filósofo porque tiene componentes más elevados que resuelven la gran pregunta ¿Cómo ser Padre? una muy buena pregunta que debe ser contestada con respuestas de vida, es decir, que lo hace demostrando lo que se debe hacer en forma cotidiana, enseñando un camino correcto para la vida. No existe caminos cortos y fáciles, todo se construye con el esfuerzo diario, nada se puede lograr sin trabajo. Es claro, sin embargo, que ningún trabajo es un sacrificio cuando se tiene una motivación por la que debe ser hecho, una familia que está detrás, motivo de sobra para impulsar a ser mejor persona, mejor Padre, mejor compañero de vida.

El significado de ser Padre va más allá, que debe ser ejemplo de muchas cualidades humanas como el trabajo, mostrando que se debe trabajar lo necesario para tener lo suficiente lo que nos muestra un camino, mucho de esto ha sido mostrado por mi querido Padre, Don Manuel Alfredo Paredes Paccha quién nos ha enseñado desde temprana edad a ver la vida con optimismo, con gratitud por lo recibido, apegado a las cosas de Dios con disciplina, el valor del trabajo honrado, ganarse todo a base de trabajo, esfuerzo y constancia, todo revestido de cariño envuelto en fortaleza con la que se debe enfrentar la vida para salir adelante.

Sin duda empiezas a entender a tu Padre cuando tienes hijos, entendemos todos los valores espirituales, humanos, filiales que hemos recibido, de la misma manera se puede llegar a comprender el legado que debes dejar a tus hijos.

Aprender a ser padre con el ejemplo, seguir adelante, negarse a dejarse vencer por los normales obstáculos, que nos hacen desarrollar como seres humanos fuertes capaces de enfrentar la vida con toda naturalidad y sin mostrar debilidad que menoscaba la dignidad humana y personal, mostrar orgullo de lo que eres como persona lo que se lleva dentro, sin lugar a duda es un rico código de fuerza, disciplina, dignidad y constancia que debemos mantener.