El Ministerio de Educación ha pintado el regreso presencial a clases como “un acto prioritario y de justicia” para los niños y jóvenes de los sectores populares. Visto así, tiene razón, pero en realidad se encubre el deseo de regresar a controlar el sistema educativo convertido durante la pandemia en un desorden absoluto tanto en lo familiar como en lo escolar. Si fuese un acto de justicia, el presidente Lasso habría de empezar a crear las fuentes de trabajo y subir el salario que ofreció en campaña. No es cierto que se regrese para buscar la equidad o disminuir la brecha educativa que tiene décadas, se regresa para complacer a los organismos internacionales que exigen recuperar sus ganancias.
Seguir leyendo “Educación y reformas, ¿de qué lado estamos?”