
Cristina Peralta Ortega es una destacada réferi lojana en la disciplina de baloncesto. Viene de una familia que ha estado inmersa en el mundo del básquetbol (su abuela, padre y hermano).
Historia
Ella tiene actualmente 26 años. Es la segunda hija de tres. Estudió en la Unidad Educativa Santa Mariana de Jesús, luego en el Colegio Militar Tcnl. Lauro Guerrero y obtuvo el título de abogada en la Universidad Técnica Particular de Loja.
Relató a Diario Crónica que hubo dos motivos para involucrarse en el ámbito deportivo: su abuela María Cristina Vivanco que en su juventud fue seleccionada por la Selección de Baloncesto Nacional; y, “nosotros pasábamos día y noche en el coliseo viendo como entrenaba junto a mi padre Víctor Peralta, quien también es árbitro y él nos enseñó la pasión por el arbitraje”.
Empezó a pitar sus primeros partidos en la ciudad a partir del año 2014. Durante ese tiempo siguió un curso realizado por la Federación Ecuatoriana de Baloncesto en donde les tomaron pruebas escritas, en cancha y físicas. “Es duro porque no hay bastante competencia, hay contadas mujeres, pero sí decenas de hombres”
Sus primeras categorías fueron U12 a U14, luego campeonatos nacionales, binacionales y por último la Liga Profesional de Baloncesto en el año 2019 que la catapultó a estar en lo más alto del podio lojano y nacional por su destacada participación.
Meta
Cristina menciona que cada día se esfuerza porque al igual que su hermano Carlos Andrés también desea ser árbitro FIBA o internacional; y, espera con la bendición del Creador y su familiar cumplir su meta.
“Cuando recién empecé tuve nervios, pero mi padre con sus consejos me motivaba a seguir adelante. Él siempre me decía: tú conoces las reglas, el sentir estar dentro de la cancha y ahora como juez da lo mejor de ti. Nade es imposible, la meta que te propongas lo vas a lograr. Recuerda que lo único que cae del cielo es la lluvia; los sueños o metas deben esforzarse y sacrificarse para cumplirlas”.
Bendición
Cristina dijo que lo más hermoso que tiene en este mundo es su familia. Un esposo y una niña de 4 años. Su pequeña siempre le pide que la lleve a los juegos o desea estar junto a ella en la cancha.
Como anécdota, comenta que en un partido que pitó en Azogues a los U17, su esposo había estado filmando a su hija y luego al revisar el video se percataron que la niña hacía todos los movimientos de mamá; “eso me llegó al corazón porque es la muestra de que soy un modelo a seguir para ella, debido a que repite todo lo que hago”.(I).