Matrimonios insólitos
Don Julio reveló en cierta ocasión que “su padre le contó que uno de sus abuelos había tenido dos hijas: una guapa y la otra poco agraciada. Un caballero cuarentón pidió la mano de la guapa, pero al momento del casamiento acudió la fea, por decisión de los propios padres. El matrimonio se celebró, pero no se consumó nunca, pues el marido después de pronunciar obedientemente el “Sí”, desapareció por siempre jamás cuando descubrió el rostro verdadero de la mujer con la que se había casado”.