
Cada mes, un estimado de 30 cabras son devoradas por los pumas en las haciendas ubicadas en las inmediaciones de la Reserva La Ceiba del cantón Zapotillo, en la provincia de Loja. El proyecto “Ojo al chivo” pretende conservar la fauna felina salvaje y el ganado caprino.
Situación
En este cantón fronterizo, desde hace décadas los ganaderos conviven con el problema que el puma se come a los chivos, pero antes del 2008 habían excursiones para cazarlos, luego se creó una normativa que protege a la fauna.
Darwin Martínez Chamba, integrante del organismo Naturaleza y Cultura Internacional (NCI), expresó que los ganaderos tienen a los animales sueltos en el bosque que los convierten en presa fácil para los felinos como el puma ya que está escaso el alimento natural de ellos, los venados.
La muerte de los chivos provoca un fuerte impacto socio-económico en las familias, ante ello, NCI junto con la Asociación de Conservación e Investigación Japu crearon el proyecto “Ojo al chivo” y comenzaron a pintar en la parte trasera del chivo. Llevan alrededor de 626 cabras teñidas en cinco comunidades, entre estas: Guasimal, Cabeza de Toro, La Manga y Bejucal.
“Es muy pronto para decir si la metodología funciona, sin embargo, estamos haciendo cambios. El animal tiene harto pelaje y la pintura que le colocamos no dura el mes como se tenía previsto, sino unos 15 días, por lo que ahora primero se le corta el pelo para luego pintarlo; con ello evitamos que se borre”.
A la fecha, el puma no se ha comido ningún chivo que ha sido pintando, pero continúan los ataques, afirma Martínez Chamba.
Por otro lado, el presidente de los Capricultores de Zapotillo, Marco Requena Peña, no comparte la opinión del integrante del NCI, ya que asevera que “pintar la parte trasera al ganado caprino no ha dado resultado porque al siguiente día de la actividad -el puma ya se había comido una cabra-”. Además, la pintura en cuestión de un par de días se borra.
“El puma cuando tiene hambre no observa si tiene pintado algún tipo de señal, sino con rapidez las caza a las cabras”.
Mensualmente mueren alrededor de 30 cabras y los pumas solo se comen el pecho y la ubre. Los chivos recién nacidos son más apetecidos por los animales silvestres. “En lo que va del 2021 me han matado unas 15 cabras. La afectación económica es grande porque un ejemplar tiene un precio de USD 60 y cuando es lechera es de USD 250 a USD 300”.
Cecilia Requena tiene alrededor de 100 cabras y el puma en este 2021 le ha matado alrededor de 20. “Espero que el proyecto dé resultado porque el perjuicio es enorme y no se puede hacer nada contra los felinos ya que las leyes los protegen”.(I).
El puma se come alrededor de 30 cabras al mes.
El proyecto inició en el 2020, pero por la pandemia se estancó y fue retomado a inicios de septiembre.
En Zapotillo, estiman que hay 40.000 cabras.