Loja posee un territorio provincial extenso, que provoca la desvinculación geográfica interprovincial y nacional; la falta de vías de comunicación, han provocado un aislamiento de la capital provincial con los numerosos centros de la población. Las cordilleras que recorren el territorio provincial, los surcos de erosión que han fraccionado a las cordilleras en muchas partes: rocas en planos verticales a partir de la base, ramificaciones graníticas que caen en el fondo de las hoyadas, faldas inclinadas que lucen placas esquistosas, serranías que parecen llanuras elevadas con faldas abruptas. Detalles geológicos que delatan el origen de torrentes invernales que divagaron en las líneas errantes de drenajes y que fueron, poco a poco, profundizando y formando escarpaduras y despeñaderos.
Las carreteras, caminos y chaquiñanes, se hunden, ascienden y se revuelven. Las vertientes han hecho tajos formidables. Los picos pétreos de las cordilleras contrastan con el color de los bosques de sus declives. Los lomeríos han moldeado la lojanidad.
En el norte provincial se encuentra el Nudo de Guagrahuma. Matriz norteña de esta orografía rugosa y caprichosa de continuos contrastes geográficos que han provocado aislamientos, olvidos y abandonos administrativos, pero en cambio es muy propicio para las faenas de la inteligencia.
Del Nudo de Guagrahuma parten dos vertientes, la una va al Este, para llamarse Cordillera de Chilla y la otra robustecerse en el Nudo de Acacana. La Cordillera de Chilla dirige los lindes entre Azuay, Loja y parte de El Oro; en sus dependencias y estribaciones se asientan las poblaciones de Manú y San Sebastián de Yulúg. El cauce del río limítrofe Jubones, presenta profundas erosiones provocadas por las lluvias que se despeñan en torrentes espantosos. En esta zona se encuentra una sola meseta: el Tablón de Oña. Vecinas al cañón del río Oña y en la circunscripción de Cumbe, están las pintorescas elevaciones de Hueledel y Zhandapucar.
El cantón Saraguro cuenta con grandes alturas de pendientes del Nudo de Guagrahuma. Hay una meseta extensa y fría, los Páramos de Arcos. Tres altos miradores: el Fierrourco, el Cerro Negro y el Cerro de Arcos. Prosiguen las cadenas montañosas. Un cono aislado y una loma empinada, con estribaciones pintorescas y productivas para la vida del Saraguro. Las elevaciones dan los nombres a las vertientes, a las quebradas y los ríos. Los nombres tienen relaciones con las características morfológicas, geológicas he históricas. Todos nombres autóctonos que nos hablan de las naciones indígenas de ayer.
El suelo fronterizo del Sur Lojano se ha formado para hombres que pueden superar a la adversidad. Un exceso de suelos y subsuelos pobres y resecos para los que trabajan y los suelos ricos e irrigados para los señores hacendados. Como lo señaló Gallardo Moscoso: “al encontrar prodigalidad en el suelo y testimonios ostensibles de la actividad del poblador, se encuentra también la demostración de sus esfuerzos para imponerse a un medio geográfico desigual y agresivo. El conjunto de estas tierras caprichosamente accidentadas y de hombres de trabajo, se llama: Provincia de Loja.”