Señor presidente cumpla lo manifestado en campaña

Al momento de aparecer el hombre en la tierra quedó sujeto a la ley universal de la unión el -valor gregario- para no extinguirse, y esa ley en el hombre se reviste en forma de amor en los gobernantes con el prójimo, con la tierra, con los pueblos y sus habitantes. Erich Fromm, señala que la destructividad no es innata, no es parte de la naturaleza del ser humano, sino una desviación adquirida a través de la historia y nacida de condiciones sociales, económicas, políticas e ideológicas de explotación. Pese a ello declara y prueba que podemos lograr que prevalezca el amor por la vida, que se pueda llegar a predominar una convivencia tolerante, solidaria, amorosa y ecológica.

Frente a esta realidad el demagogo engaña, miente, hace promesas imposibles de cumplir, más el recurso es una especie de canción con la que adormece y se hace soñar a una clientela política, proponiendo soluciones fáciles a problemas estructurales graves. Un buen político es transparente en el manejo de la cosa pública, ilustra sobre el estado de la economía, las finanzas, deuda interna y externa, déficit fiscal, balance comercial, exportaciones e importaciones, y si hay dificultades económicas, da ejemplo de austeridad en el uso de los recursos, empezando por el Gobierno, bajando el salario a funcionarios públicos y reduciendo al mínimo las prebendas. Un político sincero y honesto no le miente a su pueblo ni a su gente, habla con la verdad, sobre las posibilidades de solución a los problemas generales y particulares en materia económica, empleo, salario, vivienda, salud, educación, etc.

Le recordamos al señor Presidente del Ecuador, Guillermo Lasso, durante el proselitismo político, alborozado señalaba: “Yo quiero ser presidente para servir a todos los ecuatorianos, y especialmente a aquellos que menos tienen, que esperan una oportunidad, un empleo, más salud y educación para sus hijos. Yo quiero ser presidente porque es necesario defender el valor del dinero que los ecuatorianos ganan trabajando honestamente, garantizando la dolarización para evitar que los políticos demagogos vuelvan a jugar con el dinero de los ecuatorianos con inflación. Yo quiero ser presidente porque el precio de volver a cometer los mismos errores es demasiado alto para los ecuatorianos: más pobreza, más inseguridad, más desempleo y más corrupción. Yo quiero ser presidente porque tengo cincuenta años de experiencia generando empleos y ayudando a otras empresas a lograrlo también. Yo quiero ser presidente para que los pequeños empresarios, agricultores, ganaderos, pesqueros, artesanos y más emprendedores puedan prosperar y construir un patrimonio en su vida. Yo quiero ser presidente para proteger a la mujer de la violencia. Para proteger a los niños de las drogas y crear oportunidades para quienes han caído en estos errores. Yo quiero ser presidente para profundizar un cambio que nos permita mirar al mundo sin miedos ni complejos, porque allí está nuestra oportunidad para crecer. Yo quiero ser presidente para defender el bien común, que es el bien de todos. Para administrar con honestidad y eficiencia los recursos públicos. Quiero cambiar eso: revertir esos errores y lograr la felicidad de los ecuatorianos, facilitando su camino para hacer realidad sus sueños”.

Respetuosamente le recordamos al Señor Presidente, Guillermo Lasso, que los seres humanos nos hacemos en la palabra, en el trabajo, en la reflexión. Decir palabra es decir derecho de todos e implica el encuentro de los sujetos para la transformación de este mundo. El diálogo es el encuentro entre seres, sin agotar la relación yo – tu. El diálogo es una exigencia existencial. Cuando esto no sucede las palabras se deterioran y se corre el riesgo que el pueblo vaya perdiendo la confianza y credibilidad y lo único que hacen es debilitar la gestión política, en detrimento del pueblo, esencia y motor de nuestro Ecuador. Creemos que para sacar a flote nuestra grandeza de alma, se hace necesario un diálogo franco, fraterno, remozado, para inyectar energías creadoras y robustecidas en todos los campos de la actividad y del conocimiento, por el bien del país, y todos los ecuatorianos. Señor Presidente cumpla lo manifestado en campaña. Así sea.