La pobreza lacerante
es el caldo de cultivo
para armar en un instante
movimientos subversivos.
Grita el pobre su impotencia
con el puño derrotado,
por la culpa y la presencia
de tiranos desalmados
Y pretenden acallarnos,
es decir, exterminarnos,
con estados de emergencia
que nos colman la paciencia.
El problema, don Martínez
es que hablando de protesta
a los ricos indigesta
y los pone nerviolines
El dinero se tragaron
los banqueros pelucones
y en la calle nos dejaron
por confiados y huevones.
Y los lindos magistrados
y otros tantos pelagatos
se durmieron y en un rato
los bellacos se han fugado
La pobreza es desconsuelo
y atentado a los más chiros,
que se tuercen en el suelo
entre llantos y suspiros.
La pobreza degenera
y nos hace delincuentes,
aprendices de carrera,
entrenados y valientes
En lugar de que la brecha
se reduzca entre los ricos
y los pobres, linda mecha!
se agiganta, mamiticos.
Condenados a la muerte
dando espaldas a la suerte
con estómagos hambrientos
al futuro lo presiento