
La ciudad de Loja tendría menor riesgo de sufrir deslaves, ya que sus condiciones —geomorfológicas y litológicas— no permiten generar peligros mayores, a pesar del “divorcio” que existe entre dichas condiciones y la planificación municipal.
Fabricio Riofrío Toscano, director de la Unidad de Gestión de Riesgos del Municipio de Loja, dio a conocer que desde hace 6 meses se ha venido fortaleciendo esta dependencia con la finalidad de hacer un mejor trabajo, ya que habría encontrado 2 personas, mientras que en la actualidad estarían trabajando con 6 personas para realizar el trabajo en todo el cantón, integrado por 13 parroquias rurales y 5 urbanas. En materia de gestión de riesgos, informó sobre la elaboración de un informe técnico, el mismo que habría permitido establecer un mapa de riesgos en todo el cantón. “Está definido con base en factores de riesgos como sismos, incendios, inundaciones y movimientos de masas”, pero, además, sostuvo que aún falta establecer un mecanismo que permita contar con información más cercana en cada parroquia o sector.
Comentó que actualmente existe un sistema para verificar las zonas de mayor riesgo en la hoya de Loja, ya que desde 2021 se habría actualizado para precautelar la seguridad de las familias. “Cuando una persona tramite un permiso de construcción, se ingresa con su clave catastral al sistema y se verifica, el lugar y cuáles son los requisitos que debe cumplir (en caso de ser un lugar seguro), de lo contrario se le niega dicha solicitud”, precisó, dando a conocer que, en la urbe lojana, se han registrado 52 asentamientos humanos informales, que estarían en zonas no aptas para habitar. “Nosotros contamos con el Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial, así como también con el Plan de uso de suelo, actualizado en 2021, lo que nos hace actuar en función de tomar las precauciones en la construcción de viviendas en Loja”.
Finalmente, el funcionario comentó que en la Asamblea Nacional se estaría gestionando la aprobación de la Ley de Gestión de Riesgos, cuyo texto normativo ayudaría a definir el rol y, sobre todo, el cumplimiento pertinente de la ley en materia de prevención y sanciones a quienes permitan asentamientos humanos en zonas de riesgo.
Por su parte, el ingeniero en Geología por más de 50 años, Carlos Salinas Calero, le dijo a Diario Crónica que la ciudad de Loja es, relativamente, segura en materia de deslaves, debido a la calidad de sus suelos y el relieve, aunque hace falta mayor normativa y control para evitar que más familias sigan construyendo viviendas en varios sectores de bajo a moderado riesgo. “Al estar en la parte andina, podemos sufrir inundaciones provocadas por el desbordamiento de los ríos, en el mercado mayorista, zona militar y hacia el norte”, detalló, al tiempo de sostener, que las quebradas de toda la hoya serían áreas donde se debe tener cuidado; “especialmente las que nacen en las cordilleras tienen esas características de llevarse todo lo que está a su paso, cuando aumentan su caudal”.
Asimismo, resaltó que hay muchos sectores, como Shushuguayco, Amable María, Eugenio Espejo, Yahuarcuna, Sierra Nevada, entre otros, donde las familias han construido sus viviendas en zonas altas y de pendientes pronunciadas, pero que, debido a la morfología y composición del suelo, siguen seguras —hasta el momento—. “Desafortunadamente, la planificación municipal no guarda coherencia con las condiciones del terreno donde se asienta esta ciudad”, subrayó.
En relación a los deslizamientos de tierras, el experto sostuvo que serán pequeños y puntuales. “Si analizamos la calidad de los suelos, la pendiente del terreno y el clima, nos damos cuenta que los deslizamientos en El Plateado no complican la ciudad debido a que es relativamente plana, y el subsuelo es rocoso de buena calidad”, aunque reconoció que a lo largo de la vía lateral de paso sí contaría con suelos de mala calidad, especialmente en el tramo desde Ciudad Victoria, hasta el redondel vía a Catamayo, al oeste de Loja.
A criterio del geólogo, los terrenos más propensos a movimientos de tierras, sería toda el área desde el barrio Amable María, hasta San Cayetano Alto, sector nororiental de la ciudad. “Esa es una zona que tiene mayores pendientes y es susceptibles de sufrir deslizamientos”, y finalizó ponderando que, “para lo que ha pasado en Alausí, el riesgo nuestro es bastante bajo”. (I)