César Augusto Correa
El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) viene soportando una serie de embestidas desde hace 3 décadas. Las inició Sixto Durán, las continuaron Oswaldo Hurtado, Jamil Mahuad, Gustavo Noboa, Lenin Moreno y ahora Guillermo Lasso. Los más grandes agiotistas del país le tienen puesto el ojo a los miles de millones de dólares de nuestra seguridad social y quieren manejarlos a su entera satisfacción, siguiendo el nefasto ejemplo de los chilenos.
En estos momentos cursa un proyecto para recortarles los beneficios a los afiliados cuando se jubilen, para que al IESS le queden grandes sumas que servirán para financiar las operaciones financieras de los más ricos del Ecuador.
Durante los días 3 y 4 de mayo pasado la prensa nacional publicó datos oficiales acerca de las recaudaciones del IESS en los últimos meses. EL UNIVERSO titulaba la noticia así: “Por segundo mes consecutivo el IESS logra cifra récord al recaudar $864 millones”. Por su parte, el DIARIO CRÓNICA, de Loja, titulaba: “IESS rompió récord de recaudación en el mes de abri”.
Los periódicos decían que en abril el IESS recaudó USD 864’400.000, lo que representaba USD 93’600.000 más que en abril de 2022, y USD 39’000.000 que en marzo de 2023. También se informaba que el número de afiliados era de 3 millones 700 mil y el número de jubilados de 570.000, es decir, que por cada jubilado hay 7 aportantes, cuando lo que se necesita es que por lo menos haya 8 aportantes. En 2017, cuando terminó su período Rafael Correa, en el IESS había 4’000.000 de afiliados y 500.000 jubilados, lo que representaba los requeridos 8 aportantes por cada jubilado.
Los informes oficiales reales entonces demuestran que ni el IESS está quebrado, ni que va camino a la quiebra en el espacio de 3 años, como nos miente el informe de la comisión presidida por Augusto de la Torre.
El desequilibrio actual, consecuencia de la destrucción de centenares de miles de empleos provocada deliberadamente por los gobiernos de Moreno y Lasso, podría llevar a la quiebra después de más de una década y lógicamente estamos muy a tiempo para aplicar correctivos.
Pero no se necesita en lo más mínimo hacer los grandes recortes a los montos de las pensiones jubilares que recomienda Augusto de la Torre, para convertir a la mayoría de los que se jubilen a partir de ahora en pesadas cargas para sus familiares.
Con la contratación de numerosas obras públicas en cuestión de meses se pasaría de los 4 millones de afiliados y se puede pasar el mínimo de aportantes por cada jubilado; con el aumento de las remuneraciones a los trabajadores, subiría en decenas de millones de dólares la recaudación mensual del IESS y otra gran fuente de ingresos tendría el IESS con reformas legales que permitan afiliarse a millones de trabajadores que hoy no lo pueden estar.